POR ELADIO URIBE
De acuerdo con el diccionario Pequeño Larousse Ilustrado, valor significa «una cualidad física, intelectual o moral de alguien: Persona de gran valor». Como Gestión, un valor es un comportamiento que distingue la forma de actuar de una persona de otra o una empresa por otra, o un país de otro. A Las personas que actúan aferradas a los que consideran sus valores individuales; pero además, conocen, fomentan y defienden los valores de su familia y los de sus empresas, no les queda otro camino que el éxito.
Fredy Kofman en su libro Metamanagement, nos dice que «los valores fundamentales de las personas son: felicidad, plenitud, libertad, paz y amor».
Reflexionando sobre esta consideración, llego a la conclusión de que la época que vivimos necesita reencontrarse con la asunción de valores fundamentales que marquen y fomenten una actuación cívicamente limpia, socialmente responsable y familiarmente enriquecedora por parte de las personas que habitan en las diferentes comunidades y por las que laboran en las empresas.
Me permito a continuación, establecer mis propias formulaciones de cada uno de los valores presentados por Kofman
La felicidad: viene dada por la satisfacción de alcanzar lo deseado. Esa sola definición implica crear, tener una actitud mental positiva y asumir las responsabilidades que derivan de nuestros compromisos con ser feliz.
Plenitud: es tomar participación completa e integral. Estar involucrado(a) no solamente para hacerse con una parte o con todos los beneficios, sino para apoyar a que otros también se sientan considerados y productivos. Desarrollar la capacidad de ser necesario(a) a partir de conocerse a sí mismo. Una expresión muy clara de lo que significa estar involucrado(a), aparece en una canción de Víctor Manuel de España: «como mosca a la miel, con las 4 patas bien comprometidas».
Libertad: sentirse que tiene calidad de actuación por sí mismo, libre de maltratos y sin maltratar; sin restricciones para expresarse, pero garantizando respeto mutuo y las libertades de los demás. Actuar por sí mismo.
Paz: siempre será una búsqueda constante. Es un estado del yo que nos permite asumir la vida como una gran escuela, donde aprendiendo cada día nos vamos sintiendo interiormente sanos y relajados. Vemos el presente como oportunidad para crecer y el futuro como prevención para el buen presente.
Amor: El amor es un valor que prueba la existencia misma del ser humano y su calidad de solucionar las dificultades o de complicarse la existencia. Fortalece los otros valores cuando se involucran en su vivencia, porque el amor es la conjunción entre dos o más que se atraen mutuamente. Se materializa con el encuentro, con las expresiones. El que ama vive de verdad.
Ninguno de los valores que narramos en este trabajo apoyará la aplicabilidad y cumplimiento de metas, si no tomamos en consideración tres cosas muy importantes: 1) Cada ser humano que intente conectarse a un sistema de valores y no tenga la capacidad, dedicación y calidades para involucrarse y participar con otros en la puesta en marcha de ese sistema, se irá estrepitosamente al fracaso en cualquier momento. Los valores sólo alcanzan su expresión más sensata y oportuna, cuando son compartidos.
2) La empresa es una entidad dinámica, abierta que necesita de la integración responsable de los involucrados (accionistas, ejecutivos, clientes empleados y suplidores); si usted labora para una empresa debe sumar a sus valores individuales, los valores de ésta. Crecer en ella tiene que ser una meta de ejecutivos y empleados para lo cual deberán desarrollar fuerte vocación de servicio, respeto por la diversidad, apego al trabajo eficaz (correcto), espíritu de sensibilidad al dolor ajeno, respeto por la disciplina y defensa a los comportamientos honestos.
3) La práctica perniciosa de vicios que se convierten en anti-valores, generando serias dificultades a la vida del responsable y su familia, cuando se trata del hogar, así como a la empresa cuando se trata de vicios incurridos a través de la práctica laboral, tiene que ser superada. El alcohol, los juegos de azar, la deshonra, la incapacidad (producto de no actualizar los conocimientos y prácticas), el irrespeto y la indulgencia (sobre todo de algunos jefes), son sólo algunos ejemplos de vicios. Las consecuencias de éstos son demoledoras. Personalmente conozco casos de empleados y jefes que además de destruir sus familias, causaron con sus vicios, graves daños a las empresas donde laboraban; pero sobre todo, no se han recuperado nunca, viviendo sus últimos días en el sufrimiento y los cargos de conciencia.
La meta más hermosa siempre será, materializar los sueños, superando cada día la calidad de los resultados, actuando como si tuviéramos en las manos la mejor oportunidad de la vida, tomando en cuenta que la familia será el juez más implacable y dejando una huella de éxito imborrable en el trabajo. Tú familia, la empresa, tu comunidad y el país, te lo agradecerán.
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El autor es Director General de Recursos Humanos de Central Romana Corporation, ex-presidente de la Federación Interamericana de Asociaciones de Gestión Humana (FIDAP) y ex-presidente de ADOARH.