La creación se manifiesta por la unión de lo masculino con lo femenino. La energía que se conjuga entre ambos da paso a una tercera fuerza que es la combinación de ambos, y a la vez es distinta por la mezcla misma. Veo la complementariedad de las dos polaridades energéticas como ¡magia en acción! Phyllis Curott, autora de libros de magia, dice que “Mucha gente sabe por intuición, que cuando uno se enamora, el mundo se llena de magia”.

Cuando el hijo rechaza, culpa, enjuicia o tiene miedo de sus padres, en realidad se está odiando a si mismo, ya que jamás podrá separar a sus padres de su carne. Así, como el jugo de naranja es diferente al de zanahoria, pero al unirse dan origen a un jugo nuevo, que aunque tiene de ambos, es especial en si mismo. La mayoría de las dificultades que enfrentamos, suelen ser el resultado de no tomar la energía del padre, de la madre, o de ambos.

Al no usar la fuerza de los progenitores, o hacerlo de forma incompleta, nos debilitamos y nos impedimos de usar el poder para impactar en la realidad, o para hacer que ella nos responda. La magia empieza cuando nos amamos a nosotros mismos ¿Cómo podría darse esa magia si rechazamos parte de lo que somos? Cada cosa que criticamos, juzgamos, o rechazamos de nuestros padres nos deja débiles y nos resta valor.

Desde hace un tiempo, venimos escuchando que estamos viviendo los tiempos del retorno a lo femenino.  Ya que la energía tiende a complementarse, cada persona atrae la energía que tiene en defecto, a fin de tomar conciencia de sus carencias y encontrar el equilibrio.  La energía femenina es una fuerza expansiva que estimula la unión de lo que estuvo separado, percibe las cosas como un todo, procesa la información de forma analógica, concreta y atemporal.

El conocimiento que nos llega por vía de esta fuerza es intuitivo, sensible, alegre, placentero, imaginativo, receptivo, pasivo, acogedor, nutritivo y renuncia al control, para ponerse en manos del misterio…en manos de la vida. En su libro “Nociones y pociones: una guía práctica y segura a la magia creativa y los milagros”, Susan Bowes explica  que la magia, como se basa en la sabiduría de las leyes naturales, siempre se ha considerado un misterio femenino.

Por su naturaleza, los ciclos de la luna, las estaciones, y los ritmos planetarios son más cercanos a la mujer. Históricamente, tiene su base en que la plantación y recolección de los frutos era tarea femenina. Las mujeres aprendieron que la potencia de las plantas respondía a las fases de la luna, las horas del día y las estaciones del año.  Adicionalmente, ciertas mujeres utilizaron las plantas para hacer pócimas, perfumes y remedios.

Desde el principio de los tiempos, lo que los hombres no lograban comprender les daba miedo. Así, quienes obraban los misterios de la magia fueron llamadas brujas, y aun hoy día mucha gente le teme. La magia es la practica de poner en acción la fuerza de las leyes naturales, para realizar el cambio necesario, dice Scott Cunningham, respetado experto en magia y herboristería.

Los científicos dicen que la conciencia ordinaria tan solo percibe un 10% de la realidad. El 90% restante no la vemos ni la oímos. Sin embargo, la aceleración de la frecuencia de la atmósfera nos está exponiendo a una enorme cantidad de luz, que hace posible percibir lo invisible. Esta capacidad para percibir lo incorpóreo estimula de manera más poderosa a la mujer, por la sensibilidad e intuición propias de lo femenino.

Muchos chamanes han expresado que la mujer es la puerta de sanación, y la líder del cambio hacia la nueva era de espiritualidad guiada por el amor. El Planeta es un ser vivo, y cada uno de nosotros es una célula de su cuerpo. En estos tiempos, la sintonía con el latido universal funciona como un remedio cúralo todo.

El requisito es renunciar a la ilusión de hacer las cosas por nuestra propia voluntad. Así como el niño pequeño se reconcilia con su padre/madre, aunque no esté de acuerdo con sus normas, porque sabe que sin él/ella está en riesgo de muerte, debemos retornar con humildad a nuestro Creador.

Connie Méndez recomienda decir en voz alta: «Padre nuestro, te invito a que entres en acción en mi vida (3 veces). Gracias Abba que me has oído». Luego, de esto exhorta a que renunciemos definitivamente a ocuparnos del problema. Se recomienda “tomar” el remedio cúralo todo tres veces al día.

“La única persona que buscamos controlar con la magia es a nosotros mismos” dice Phyllis. Para ella, cuando se hace como es debido, la magia nos alinea con los poderes del Universo numinoso, para que nos ayude a cumplir el propósito para el que hemos sido creados. ¿Acaso el Creador no forma parte de todas las cosas? La energía con la que hacemos magia es sagrada, por lo que el modo en que la hagas, y tus razones para hacerlo también lo son. ¿Te atreves?