Vivir sin ellas…

Vivir sin ellas…

Pedro René Almonte Mejía. Instagram y twitter: @pralmonte

La cifra de 170 mujeres que han caído en nuestro país en lo que va de año,  a manos de los que fueron sus parejas o ex parejas, más que impresionante es espeluznante;  pero qué hacer en nuestra Latinoamérica (la tierra más fértil para la violencia contra la mujer). Planes van y vienen, conferencias para acá y para allá, informes por doquier, sin embargo siguen cayendo mujeres a mansalva.

Cuando veo todo este desmadre que está ocurriendo con la mujer en nuestro país, por obligación tengo que recordar cuando era sólo un niño, las amistades de mis padres siempre me hacían la siguiente pregunta: ¿Cuántas novias tienes? a lo que yo respondía que ninguna; con el tiempo pude entender que los adultos de aquella época esperaban que yo les dijera que tenía varias novias, o sea un niño de 8 años que tiene varias novias…

Como lección aprendida, el adulto que fue niño criado en esas condiciones, verá como algo bueno el tener varias mujeres y tal vez pensaría que tiene algún derecho sobre la mujer, más allá de mantener una relación de afecto mutuo, la cual puede terminar en el momento que una de las partes así lo decida; entonces la violencia de género aparece cuando el hombre se cree dueño de un “objeto” llamado mujer.

Los culpables de esta situación son muchos y somos casi todos; desde los padres que le dicen a sus hijos que tienen que tener muchas novias para que su “masculinidad” sea probada, pasando por las mujeres que sólo buscan pareja para ser sustentadas económicamente sin importar los sentimientos, hasta llegar al fulano que aparece en la vida de una joven bonita para comprarla literalmente. Una vez ésta quiere dejar la relación,  lo que piensa el fulano aquel es que si no está conmigo no estará con otro, y llega la desgracia. El Estado por su parte prefiere la represión a la educación y la prevención, y hasta con la propia represión es deficiente; a esto se deben las muertes de mujeres las cuales se habían querellado contra el agresor. La mujer que es maltratada debe denunciar y querellarse contra su maltratador, porque si no lo hace puede ser la próxima en la trágica  lista negra de mujeres asesinadas por sus parejas.

Vivir sin ellas, un imposible… Ellas son amor, cariño y ternura, con eso mismo deben ser tratadas.

Sueño con que algún día tengamos una República Dominicana feminista.

 

 

 

 

 

 

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