Sorprendente
El rap en español rompe estigmas de criminalidad y se consolida en EEUU con el 'freestyle'
"Aunque algunos cobraban pequeñas cantidades por cantar en fiestas, no existía una estructura que sostuviera una carrera artística", dice.
Freestyle
Miami. El rap improvisado en español en Estados Unidos vive una etapa de expansión que rompe con décadas de estigmas y su asociación con la criminalidad, y consolida hoy al 'freestyle' como una vía creativa y profesional para jóvenes hispanos y como un movimiento que definen hoy como "mucho más que música".
El puertorriqueño Tito Giansante, uno de los pioneros del hip hop latino, sitúa sus inicios a finales de los años ochenta, cuando la cultura del rap se desarrollaba en espacios informales y con fuerte carga social.
"Eso ya era un ambiente muy combativo, muy conflictivo", recuerda a EFE sobre aquellos primeros años.
Además, según él, pensar en el rap como profesión en esa época era "imposible".
"Aunque algunos cobraban pequeñas cantidades por cantar en fiestas, no existía una estructura que sostuviera una carrera artística", dice.
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El cambio de las "batallas" del rap improvisado
El punto de inflexión llegó con la irrupción de Red Bull Batalla, el mayor torneo de rap improvisado en español, que en sus primeras ediciones también se le conocía como 'Pelea de gallos', y que actualmente se organiza en EE.UU. y en otras partes del mundo.
Diego González fue testigo de ese nacimiento. "Yo estuve en el primer año que se hizo, fue en 2005, y cuando empezamos con esto, no sabíamos si iba a llegar a algún lugar. Éramos cuatro locos que improvisábamos y, a día de hoy, son miles de personas que lo hacen", confiesa Noult, su nombre artístico.
El veterano 'freestyler' subraya que estas "batallas" de rap improvisado han creado un ecosistema propio, donde el talento se convierte en visibilidad y, en algunos casos, en sustento. "Hay gente con muchísimo talento que se está ganando la vida con ello", señala, algo impensable cuando él comenzó.
Noult describe ese género actual como una disciplina híbrida. "Es un arte, pero también tiene su parte de deporte", explica, en referencia a la exigencia mental, la preparación y la competitividad del circuito.
Esa profesionalización también ha favorecido la apertura del género. "Sigue estando muy vinculado a los hombres", reconoce, pero destaca que la presencia de mujeres es cada vez mayor. "Que haya chicas compitiendo es súper importante", afirma, al considerar que el 'freestyler' empieza a ofrecer referentes femeninos sólidos.
Aun así, el estigma persiste. "Sigue estando ahí", admite Noult, pero más por desconocimiento. "Estás a un clic de entender que no tiene nada que ver con eso", dice, recordando que incluso en su propia familia tuvo que ocultar sus inicios hasta que apareció dando entrevistas en medios de comunicación.
El crecimiento del circuito no ha pasado desapercibido para las grandes discográficas. Andrés Shaq, vicepresidente de Artistas y Repertorio de Warner Music Latina (WML), considera que forma parte de un proceso más amplio. "Es parte de la cultura", afirma, y subraya que "con el tiempo se ha ido profesionalizando y volviendo más comercial".
Shaq también descarta que se trate de una moda pasajera. A diferencia de otros momentos en los que ciertos sonidos se firmaban por su carácter "exótico", sostiene que hoy existen "argumentos mucho más pesados", apoyados en plataformas consolidadas y audiencias fieles.
Tornillo: del 'freestyler' de barrio al contrato discográfico
Uno de los ejemplos más visibles de esa transición es Tornillo, un "freestyler" mexicano de 22 años. Su historia comienza, como tantas otras, en la calle. "Era un hobby, lo hacía sin esperar dinero a cambio", dice.
Ya ha lanzado su primer álbum con WML, convencido de que "el rap va bien", aunque cree que "todavía le falta más".
"Antes era más de criminales, más de gángsters. Apenas ahora está empezando a brillar el rap en español", comenta.
También percibe un cambio en el público. "La gente va a escuchar rimas", explica, describiendo un ambiente más calmado y centrado en la música, y no en el ambiente "violento" del pasado. Y destaca un fenómeno que cada vez se ve más en Estados Unidos, en asistentes que no hablan español. "Aunque no les entiendan, les gusta el sonido", expone.
La mirada hacia adelante la aporta Christopher Hannier Berroa Aquino, un dominicano de 22 años conocido como Éxodo Lirical. El joven 'freestyler' resume el impacto social del género con una frase heredada de su abuelo: "mejor un micrófono en la mano que una pistola en la calle".
Para él, el hip hop nació como protesta, pero su base es "el respeto", y este movimiento representa una vía de futuro. "Yo creo que nosotros somos el futuro del género urbano", concluye.