Hoy 
POR MANUEL JIMENEZ
La presidenta del Consejo Nacional de la Empresa Privada (CONEP) planteó, en presencia del presidente Leonel Fernández, que el país se aboque con urgencia a una nueva reforma fiscal integral que elimine distorsiones y trabas al sector productivo.
El planteamiento de Elena Viyella de Paliza fue hecho la tarde del jueves, mientras el mandatario encabezaba un encuentro con el ex jefe del equipo chileno que negoció el tratado de libre comercio entre ese país y Estados Unidos, Osvaldo Rosales, en la sede de la Fundación Global, Democracia y Desarrollo (FUNGLODE), en la capital.
En el encuentro, en el que se analizaron las implicaciones del tratado de libre comercio suscrito por República Dominicana y Estados Unidos, participaron, además, el embajador estadounidense Hans Hertell, Jorge Iván Ramírez, de la Cámara Americana de Comercio; Cesáreo Contreras, del sector agropecuario y Yandra Portella, presidenta de la Asociación de Industrias de la República, AIRD.
Según una nota de la oficina de prensa de FUNGLODE, en su intervención, la señora Viyella de Paliza pidió una política fiscal que combine austeridad con eficiencia económica, lo que implica la equiparación de los sectores productivos y la convergencia de los sectores de zonas francas e industriales para crecer.
También se quejó de que en el país tenemos grandes limitantes a fuentes de financiamiento, con alto costo del dinero.
Una reforma fiscal integral con urgencia que elimine distorsiones y trabas a los sectores productivos nacionales, que no grave al inicio los procesos productivos, que simplifique los impuestos y fortalezca la administración tributaria en un ambiente de transparencia y equidad, dijo la líder empresarial, según una nota de FUNGLODE.
Agrega que dejó también clara la creencia firme de que debemos ratificar el Tratado de libre Comercio suscrito con Estados Unidos, pero que tenemos que hacerlo conjuntamente con la reforma a la que hizo referencia.
Viyella de Paliza reconoció que tanto quienes apoyan el TLC como quienes tienen aprensiones hacia él, poseen razones para defender sus posiciones, pero destacó que en el país hay un doble discurso en torno a este tema.
Por un lado, se habla de que necesitamos una nación más competitiva que reduzca sus costos por la vía de la eficiencia, del uso de mejor tecnología, de mayor inversión, pero por el otro, se observan las exigencias y restricciones contenidas en el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.
En tanto, explica que Contreras, quien habló en el panel en representación del sector agropecuario, sostuvo que el tratado de libre comercio con Estados Unidos se firmó bajo condiciones de extrema premura y falta de transparencia el pasado 5 de agosto.
Se quejó de que el acuerdo prohibe los subsidios a las exportaciones, prácticamente inexistentes en Estados Unidos, pero falla en no considerar y establecer mecanismos que compensen la ventaja competitiva desleal que los subsidios internos producen.
Destacó también, según Funglode, que el adendum sanitario/fitosanitario firmado a la par del tratado, establece una obligación unilateral para la República Dominicana y, por lo tanto, carece de la imprescindible reciprocidad.
También explica que Portella, quien intervino a nombre del sector industrial, sostuvo que el sector empresarial nacional presenta un panorama negativo en comparación con su igual centroamericano en materia de bienes de capital, importación de materias primas, tasas de interés, costo de energía e impuestos a la propiedad inmobiliaria.
Portella dijo que para garantizar la competitividad del sector industrial dominicano hay que hacer un ajuste fiscal que elimine las distorsiones impositivas existentes, tales como la comisión cambiaria, los aranceles a las maquinarias y equipos y a las materias primas utilizadas para la producción nacional.
Planteó también la necesidad de agilizar las exportaciones a través de medidas como la eliminación de costos indirectos vinculados con formularios e inspecciones o el funcionamiento de la Ventanilla Única de Exportación.
