Vladimir disfruta estrellato se ha convertido en héroe GL

Vladimir disfruta estrellato se ha convertido en héroe GL

TEMPE, Arizona (AP). – Un estuche de un videojuego de béisbol descansa en la silla frente al casillero de Garret Anderson. Alguien se acerca, apunta a la foto en la carátula, y le pregunta a un jugador sentado a pocos pasos: «¿Quién es éste?»»

«No lo conozco»», contesta riéndose el dominicano Vladimir Guerrero.

Por supuesto, la imagen en la carátula es la del propio Guerrero.

Mucho ha cambiado en la vida de este humilde pelotero desde su nacimiento el 9 de febrero de 1976 en el pueblo de Nizao de San Gregorio, descrito por él mismo como «un campo de Baní»», región al oeste de Santo Domingo.

Allí comenzó a jugar béisbol en la calle a los cinco años, sin imaginar que sus andanzas de niño lo llevarían a ser un millonario deportista en los Estados Unidos, con su rostro en juegos de vídeo, y un trofeo de jugador más valioso en su colección.

«Nunca pensé que podría llegar aquí a Grandes Ligas»», relató a The Associated Press el jardinero derecho de los Angelinos de Los Angeles-Anaheim.

Guerrero firmó como profesional a los 17 años con los Expos de Montreal, franquicia con la que llegó a las Grandes Ligas y colocó su nombre entre los grandes del béisbol.

Allí bateó sobre .300 en siete campañas consecutivas (1997-2003), acumulando el segundo promedio de bateo más alto entre los jugadores activos en las mayores (.325). Además, entre 1998 y 2003, conectó un promedio de 37 cuadrangulares y remolcó 110 carreras por año.

No es de extrañar, por lo tanto, que recuerde con gratitud su estadía en Montreal.

«Me siento bastante contento porque me dieron la oportunidad de jugar todos los días, y eso ayuda a uno a superarse. Tuve unos cuantos años buenos en Montreal»», indicó.

Sostuvo que aunque los aficionados dejaron de apoyar al equipo, y las gradas vacías eran la orden del día en el Estadio Olímpico de Montreal, le agradaba la ciudad.

«Tú podías salir tarde en la noche a pie y llegabas tranquilo a tu casa»», recordó.

Después de pasar toda su carrera profesional con los Expos, Guerrero se convirtió en agente libre al finalizar la campaña 2003, y de inmediato fue el jugador más preciado del mercado.

Los Angelinos pescaron a «Vladi»», como le llaman sus compañeros, con un contrato de cinco años y 70 millones de dólares. El guardabosque rindió dividendos instantáneos, bateando .337, con 39 vuelacercas, 126 empujadas y 124 anotadas, para cargar con el galardón de más valioso de la Liga Americana.

«Me sentí bien, gracias a Dios que vine a la (Liga) Americana y me gané el jugador más valioso. Pero no pude disfrutarlo porque al siguiente día una tía mía se murió»», se lamentó.

Guerrero reconoció que la mudanza a la Liga Americana fue algo difícil al principio, ya que tuvo que acostumbrarse a enfrentar lanzadores que nunca había visto. Pero la transición parece que fue rápida, a juzgar por los buenos resultados.

Asimismo, dijo que también se ha acostumbrado a su nuevo domicilio, aunque todavía le cuesta un poco ubicarse en Anaheim.

«Por suerte tengo una calle que llega directo hasta el parque, me toma como 25 minutos»», confesó.

Como la superestrella del club, Guerrero ha asumido un papel de liderato en el camerino, especialmente entre sus camaradas latinoamericanos. Con ellos se le puede ver conversando animadamente, dando consejos y bromeando.

Dijo que sólo quiere ayudar a los jugadores más jóvenes, al igual que algún día hicieron con él sus compatriotas Pedro Martínez y Moisés Alou en Montreal.

«Vladi es una persona increíble, y un talento increíble. Es una influencia muy positiva en todos, no sólo los latinoamericanos»», señaló el dirigente Mike Scioscia.

Parte de esa nueva faceta implica hablar sobre temas más delicados, como la reciente controversia en torno al consumo de esteroides anabólicos en el béisbol.

Guerrero aclara que nunca los ha utilizado, y le complace la nueva política de la liga de someter a todos los jugadores a las pruebas para detectarlos.

«Ojalá que se arregle lo que está pasando»», expresó. «Ahora mismo a todo el equipo le hacen la prueba, y eso es bueno, para que después no digan que uno usa o no»».

Es rara la ocasión que Guerrero entra en este tipo de conversación con la prensa estadounidense, donde es percibido como tímido, en parte debido a su poco dominio del idioma inglés.

Pero, en su característico tono relajado, Guerrero resta importancia a esa imagen.

«Yo soy tímido, pero donde tengo que hacer mi trabajo, que es en el terreno de juego, lo hago. Yo dejo que mi bate hable por mí»», sentenció.

 

 

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