El dominicano Vladimir Guerrero está cerca de su retiro y desde ya tiene que ser bailoteado como futuro miembro del Salón de la Fama de Cooperstown, por sus logros en el terreno de juego sin utilizar sustancias prohibidas.

Guerrero acumula .320 de promedio de bateo, 436 cuadrangulares y 1,433 carreras empujadas, además de nunca ser mencionado entre los jugadores que consumieron sustancias para mejorar el rendimiento.

Ese mérito hará que los escritores, que deciden quiénes ingresarán, lo tomen en cuenta, ya que demuestran en cada elección que quienes “huelen a esteroides” no penetrarán al nicho de la inmortalidad.

El caso de Mark McGwire es la prueba más fehaciente que podría existir sobre la tierra. Tiene un par de años compitiendo para la  elegibilidad y se le niega la entrada de forma contundente. Entonces, qué pasará con Barry Bonds, Rogers Clemens, Manny Ramírez y Alex Rodríguez, peloteros que llenaron una época en el béisbol: lo mismo, aparentemente estarán afuera.

Guerrero es un trecentista natural, gracias a superar esa cifra en 13 de las 14 temporadas que totaliza más partidos.

El toletero de 36 años reconoce que le faltan estadísticas, pero con ese ejemplo de los escritores, es un hecho que será inmortal.