El presidente de la Mesa Cívica y Política Evangélica, Domingo Paulino Moya, enfatizó hoy que «ningún dominicano con buen juicio y amor por su país ve con agrado el camino por el que el gobierno del presidente Abinader está llevando el futuro de la patria».

Paulino Moya, quien además es director ejecutivo del Foro Permanente por la Paz Política y Social Global, refirió que el pastorado cristiano de la nación dominicana «repudia que se esté llevando la dignidad dominicana por caminos contrarios al juramento presidencial hecho el día de toma de posesión en el salón de la Asamblea Nacional, el que establece con claridad la fidelidad que el primer mandatario de la nación debe brindarle a la independencia de la República».

Asimismo, le pidió al presidente Abinader dejar claro en su alocución de rendición de cuentas de este lunes, «de qué lado gobierna», si con los valores de la patria o contra ellos.

El vocero evangélico añadió que los ciudadanos de buen juicio «no le perdonaremos al presidente de la República el desatino de gobernar la nación desvinculada de la dignidad y la independencia que le dejó el patricio Juan pablo Duarte a cada dominicano, méritos y valores que se colocan por encima de toda inclinación política partidista».

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«Todos los dominicanos esperamos que el presidente Abinader gobierne cuidando nuestros sentimientos de dominicanidad y que evite llevarnos a un deterioro en nuestros sentimientos y ansiedades, ya que observamos con gran preocupación una doble agenda gubernamental con rasgo de ambivalencia», agregó.

El reverendo Paulino Moya cree que en su rendición de cuentas el lunes, Abinader «tiene una oportunidad histórica y de oro para dejar claro que la Independencia de la nación dominicana, no es negociable ni está rendida a la agenda 2030 del nuevo orden mundial».

Dijo que, de no ser así, el costo político electoral «será enorme para su proyecto reeleccionista 2024 y para su Partido Revolucionario Moderno, pues los buenos e íntegros dominicanos no le perdonaremos semejante desatino político contra la dignidad de la soberanía nacional».

Consideró que la iglesia de Jesucristo está «contraria a todo acuerdo y pacto con una élite pecaminosa y globalista que ya cambia el estilo de vida instaurado por el Dios creador de la vida, y que estos valores cristianos nunca serán cambiados por un plato de lentejas». 

Concluyó diciendo que que no ve oportuno ningún diálogo con el Gobierno, porque «este régimen decidió desvincularse del pastorado cristiano de la nación y apoyarse en organizaciones vecinales para combatir la violencia y procurar la paz barrial.