Volatilidad  mercados de cambio crea inquietud en  comerciantes

Volatilidad  mercados de cambio crea inquietud en  comerciantes

Robert Cookson
Hong Kong

La volatilidad en los mercados de cambio extranjero están en su nivel más bajo en ciertas mediciones en un periodo de más de dos años, un fenómeno que está causando inquietud entre los comerciantes.

La tranquilidad que ha descendido sobre el mundo desarrollado y las monedas de los mercados emergentes durante las últimas semanas, aún entre la crisis en África del Norte y el Medio Oriente, contrasta con la violenta reacción en el mercado petrolero.

En el mercado al contado, la histórica volatilidad de tres meses entre el Grupo de las 10 monedas (G10) ha caído cerca de su promedio a largo plazo de alrededor de un 10%, habiendo tocado un pico de aproximadamente un 30% a principios del 2009.

Al mismo tiempo la volatilidad implícita, una medida a futuro que se extrae de los precios de las opciones, también ha bajado a su promedio a largo plazo tanto en el G10 como en las monedas del mercado emergente.

Robert Reilly de Société Générale de Hong Kong, dijo: “la volatilidad en los mercados de cambio extranjero y de opciones está teniendo lugar en las últimas semanas, lo cual es contra-intuitivo para una gran cantidad de personas debido a los periodos de incertidumbre, igual a la que tenemos en este momento, generalmente la volatilidad va en aumento”.

El indicador Global Hazard de HSBC, el cual mide la volatilidad tácita de tres meses del dólar, el euro y el yen, ha bajado por tres puntos porcentuales desde enero hasta cerca de un 12%, su nivel más bajo desde agosto de 2008.

Los comerciantes dijeron que el declive en la volatilidad fue en gran parte el resultado del incrementado rol de los bancos centrales en los mercados financieros y el declive en el apalancamiento del sector privado siguiendo a la crisis financiera. Pero ellos advirtieron que la calma podría dar paso a una tormenta más adelante en el año. “No se engañen con la calma del momento”, dijo David Bloom, jefe global de la estrategia FX en HSBC. “El mercado está haciendo equilibrio en el filo de la navaja”.

Las mediciones de volatilidad a largo plazo no han bajado tan fuertemente como su equivalente a corto plazo. Como resultado, la curva de la volatilidad, la diferencia entre la volatilidad implícita de tres meses y la de un año, es más profunda ahora que en cualquier otro momento en los últimos 15 años, de acuerdo a la data de HSBC.

Los comerciantes dijeron que los catalizadores potenciales para una crisis en el mercado incluyen un empeoramiento de la agitación política en África del Norte y el Medio Oriente, una creciente inflación en los mercados emergentes provocando una agresiva respuesta política, así como renovados problemas de deuda soberana en Europa.

Las claves

1.  Volatilidad

La volatilidad en los mercados de cambio extranjero está en su nivel más bajo en ciertas mediciones en un periodo de más de dos años, un fenómeno que está causando inquietud entre los comerciantes.

2.  Tranquilidad

La tranquilidad que ha descendido sobre el mundo desarrollado y las monedas de los mercados emergentes durante las últimas semanas, aún entre la crisis en África del Norte y el Medio Oriente, contrasta con la violenta reacción en el mercado petrolero.

  Monstruos  acechan sombras  Wall Street

francesco guerrera

 Las campañas de legislación son como los trenes de Nueva York: se puede oir el ruido mucho antes de que lleguen.

De la misma forma, los bancos decidieron que este era el momento de cambiar el enfoque regulativo de ellos y hacia los fondos de protección, los grupos de valores privados y otras partes del “sistema bancario fantasma”, palabras que precedieron a la acción.

James Dimon fue el primero. En septiembre del año pasado, el franco jefe de JPMorgan Chase que alertó que las reformas post-crisis podrían crear “monstruos no bancarios”. Un mes más tarde Vikram Pandit, el jefe de publicidad de Citigroup, fue menos colorido, pero más explícito. “Cambiar el riesgo de forma diferente en los sectores irregulados o regulados, no haría más seguro el sistema bancario”, dijo. Y en Davos, en enero, Gary Cohn, el número dos de Goldman Sachs, hizo que el aire de la montaña fuera aún más frío. “Lo que más me preocupa”,  dijo, “es que en el próximo ciclo, mientras se balancea el péndulo regulativo, tengamos que usar el dinero de los contribuyentes para rescatar a las empresas no reguladas”. Estos estallidos de preocupación llegan en un momento oportuno.

En E.U, los reguladores están delineando una lista de grupos “sistémicos”, las piedras angulares del edificio financiero cuyo fracaso los llevaría a derrumbarse, ese será el problema para normativas más estrictas y para la previsión. Todas las instituciones con más de US$50 millardos en activos serán automáticamente incluidas. La pregunta es si a los jugadores más pequeños, pero más riesgosos, se les podrían unir.

El Consejo de Estabilidad Financiero, una agrupación de organismos reguladores nacionales, está también tratando de coordinar las normativas de diferentes países para las instituciones no bancarias. Por extraño que parezca, la idea de ser regulados como JPMorgan y Goldman no concuerda con los “banqueros fantasmas”.

 “Un argumento absolutamente tonto y una preocupación ridícula” fue la comedida opinión de un jefe de valores privados la semana pasada.

En su opinión, la legislación de los bancos es una estratagema cínica para asegurar que los fondos de protección y grupos PE no roben los negocios de alto margen, tales como los préstamos apalancados y el comercio de propiedades que se están poniendo en movimiento en Wall Street por las nuevas normativas.

La razón de que las entidades no bancarias se dejen solas se predica en dos términos: tamaño y alcance, o la falta de ellos. Sus compañías,  argumentan ellos, no son lo suficientemente grandes para arrastrar a la economía global.

Tome todos los fondos de protección del mundo, agregue grupos de compra, y usted terminará con un total de activos bajo gestión de unos US$2,500 millardos, aproximadamente el tamaño del balance general del Bank of America. En cuanto a la interconexión, una palabra que entró en el argot financiero después de la quiebra de Lehman Brothers en 2008, ni los fondos de protección ni los grupos de valores privados tienen tentáculos en los inversionistas, consumidores y gobiernos que hicieron impensable el colapso de Citi o de Morgan Stanley. Además, las entidades no bancarias no ponen el dinero de los contribuyentes en riesgo debido a que ellos no gozan de los respaldos federales, tales como el seguro de depósito y las líneas de crédito de la Reserva Federal.

Estos argumentos tienen sentido. Los reales “bancos fantasmas” eran Lehman, Bear Stearns y AIG, grupos que asumieron los enormes riesgos de explotar un sistema que regulaba las empresas de Wall Street y las aseguradoras de forma diferente a las entidades crediticias. 

Zoom

Historia

Las entidades no bancarias no dicen la historia completa. Para empezar, enfocarse solamente en los fondos de protección y valores privados es engañoso: ¿qué sobre las compañías de comercio de materia prima, cámaras de compensación y fondos de mercado de dinero? Si usted los incluye, el sector de la banca “fantasma” de E.U. es mayor que su “brillante” contraparte, con activos de $16,000 millardos versus $13,000

millardos, de acuerdo a la Fed.

VERSIÓN AL ESPAÑOL DE ROSANNA CAPELLA

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