SAN SALVADOR,  (AFP).  El volcán Chaparrastique, ubicado en el este de El Salvador, lanzó cenizas y gases el domingo y provocó la evacuación de unos 2.000 pobladores de sus cercanías, tras lo que diminuyó su actividad aunque el país se mantenía bajo alerta preventiva.

El Chaparrastique, de 2.130 metros de altura y ubicado en el departamento de San Miguel, registró una fuerte explosión a las 10H30 locales (16H30 GMT), lo que generó alarma en las poblaciones cercanas, sin provocar víctimas ni daños importantes. Además, decenas de vuelos fueron suspendidos debido a las columnas de gases y cenizas que cubrieron parte del espacio aéreo. La emergencia «no ha causado víctimas ni daños graves», declaró el presidente Mauricio Funes en cadena de radio y televisión, aunque advirtió que no se puede descartar que haya nuevas erupciones.

«Hemos decidido mantener la alerta amarilla a nivel nacional y la alerta naranja (previa a la roja) para el departamento de San Miguel», agregó Funes, tras expresar el compromiso de su gobierno de apoyar a los afectados y «atender sus necesidades más apremiantes». Los evacuados se encuentran en nueve albergues en los departamentos de San Miguel y Usulután, los que más recibieron las emanaciones del volcán.

Al menos 47 escuelas y varias vías resultaron afectadas por la ceniza, ante lo que se movilizaron cuadrillas de trabajadores en labores de limpieza. La erupción, precisó Funes, produjo una densa columna de gases y cenizas de una altura de más de 5.000 metros, que luego se precipitaron sobre un radio de hasta 10 km del cráter del volcán.

El Ministerio de Medio Ambiente informó que «la parte intensa» de la erupción cesó a las 13H00 locales (19H00 GMT) y en las horas siguientes se mantenía en relativa calma. Según la directora del Observatorio Ambiental del Ministerio del Ambiente, Celina Kattán, sismógrafos instalados en el volcán comenzaron a registrar un incremento de la actividad sísmica desde las 06H00 locales (12H00 GMT). «Lavando estaba cuando escuché el retumbo y luego vi que se levantó una gran nube negra que me dio miedo», declaró telefónicamente a la AFP Noemí Ramírez, una pobladora de las inmediaciones del volcán.

Amenaza constante.  El director de Protección Civil, Jorge Meléndez, había advertido que las emanaciones del volcán podrían llegar a Tegucigalpa, capital del vecino Honduras. «Monitoreamos la situación de El Salvador porque las cenizas del volcán podrían afectar a Honduras si las condiciones del viento lo permiten», afirmó a la AFP Oscar Triminio, vocero de los bomberos hondureños. Al exhortar a la población a tomar medidas preventivas, como el uso de mascarillas, el ministro de Medio Ambiente, Herman Rosa Chávez, señaló que «la amenaza volcánica está siempre presente».

Rosa Chávez subrayó que equipos especializados fueron desplazados a la zona con el objetivo de potabilizar el agua para el consumo de la población evacuada. El viceministro de Salud, Eduardo Espinoza, anunció que expertos determinan si los mantos acuíferos están contaminados por la actividad volcánica.

Debido a «la naturaleza abrasiva de la ceniza presenta un riesgo para la operación de las aeronaves en vuelo», la aerolínea Avianca suspendió para la noche del domingo la llegada y salida de 33 vuelos en el aeropuerto internacional de Comalapa, 44 km al sureste de San Salvador, que continuaba funcionando.

«Los pasajeros con vuelos desde o hacia el centro de conexiones de Avianca en El Salvador en horarios de la noche serán reprogramados en otros vuelos posteriores», consignó en un comunicado la portavoz del holding Avianca-Taca, Claudia Arenas. Durante el día, policías y socorristas llegaron a la zona para brindar asistencia, mientras decenas de curiosos viajaron para registrar el fenómeno natural.

El volcán tuvo su última gran erupción en 1976. De acuerdo con los expertos, registra al menos 20 erupciones en los últimos 300 años. El Chaparrastique, según los especialistas, ha sido «el volcán más activo» de los 23 que tiene el país, ubicados en el llamado Cinturón de Fuego del Pacífico, por lo que la zona ha sido afectada históricamente por terremotos, producto de su cadena volcánica y de la interacción de las placas Cocos y Caribe.