FRANCFORT. Volkswagen está poniendo fin a la producción de su última versión del emblemático “Escarabajo» en una planta de Puebla, México. Es el fin del camino para un vehículo que ha simbolizado muchas cosas en las ocho décadas transcurridas desde 1938.
El vehículo nació como un proyecto pensado para darle prestigio al régimen nazi que nunca se hizo realidad. Luego fue símbolo del renacimiento económico de la Alemania de posguerra y de la creciente prosperidad de la clase media.
Ejemplo de globalización, vendido y reconocido en todo el mundo. El auto de los contestatarios estadounidenses de la década de 1960. El vehículo, por sobre todo, sigue teniendo un diseño único, tan reconocible como una botella de Coca-Cola.
El diseño original un auto con una silueta redondeada que podía sentar a cuatro o cinco personas, con un parabrisas casi vertical y un motor en la parte trasera se remonta a los tiempos del ingeniero austríaco Ferdinand Porsche, contratado para hacer realidad el proyecto de Adolf Hitler de fabricar un “auto del pueblo», accesible al gran público, como el Modelo T de Ford en Estados Unidos.