En tiempo relativamente corto, la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) ha apartado de sus filas y sometido a la Justicia civil a decenas de agentes y oficiales acusados de incurrir en actos contra la ética, entre los cuales se señala extorsión, “tumbes” de drogas y venta de carné del organismo, entre otras faltas muy graves. Los casos detectados  corresponden a personal de las dotaciones de Samaná, Boca Chica, Puerto Plata y San José de Ocoa.

Estas capturas y sometimientos  ponen de manifiesto que existe en la jefatura de la DNCD suficiente voluntad política para sacar de sus filas y hacer castigar a quienes se aparten del estatuto de ese organismo. Pero también revelan un alto grado de permeabilidad en ese organismo y la necesidad de mantener bajo revisión y actualización constante  los mecanismos de depuración de personal y de identificación y seguimiento de perfiles de conducta sospechosa.

Hay que evitar por todos los medios que gente separada por mala conducta de las filas castrenses y policiales logre ingresar a la DNCD con recomendaciones “de arriba”, como ocurría en el pasado. Los casos detectados validan las denuncias de personalidades y sectores sobre malas prácticas de miembros de dicho organismo. Que no decaiga la voluntad política de practicar una depuración permanente y a fondo.

Muertes por leptospirosis

Según registro oficial, veintisiete personas han muerto por leptospirosis en lo que va del presente año. Esta cifra, eventualmente, podría ser aún mayor si se toma en cuenta la debilidad de nuestros registros sanitarios y la posibilidad de que algunos casos de deceso hayan ocurrido fuera de los hospitales. En todo caso, la incidencia de leptospirosis es alta y preocupante, y por tanto es necesario reforzar las políticas de prevención de esta peligrosa enfermedad.

Un motivo de preocupación es que durante la transición se ha producido un relajamiento de la retirada de basura por parte de muchos ayuntamientos. Esto ayuda a multiplicar ratas y otros transmisores de la leptospirosis. El otro motivo es que mientras las campañas enfatizan en la capacidad transmisora de las ratas, se descuida el hecho de que la leptospira puede ser portada por cualquier otro animal, como perros y gatos,  que viven en los hogares como mascotas. Enfaticemos en la limpieza.