Voluntades

Voluntades

Las relaciones entre la República Dominicana y Haití están en uno de sus mejores momentos.

Los presidentes Leonel Fernández y René Preval han dado claras muestras de amistad y deseo de cooperación.

Uno de los principales planteamientos hechos a propósito del ascenso de Preval al poder fue el de la reactivación de la comisión binacional que una vez estuvo trabajando para armonizar criterios sobre varios aspectos sensibles, como la migración y la cooperación mutua.

Sin embargo, a pesar de haber transcurrido un tiempo prudente desde la juramentación del presidente haitiano, poco o casi nada se ha avanzado en el propósito de reactivar la comisión y reanudar los trabajos interrumpidos.

Aunque se trata de un asunto de interés común, por razones bien conocidas la República Dominicana ha debido ser más insistente en los esfuerzos por reanudar los trabajos de la comisión.

Ahora, el embajador de Haití en nuestro país, Fritz Cineas, expone que «en breve» se procederá a reactivar la comisión y ha explicado que esto no había sucedido antes porque el canciller de su país ha estado muy ocupado en otros asuntos.

El vecino más cercano de Haití es la República Dominicana y es hacia este lado de la isla hacia donde se desplazan los haitianos en busca de mejorar sus condiciones de vida.

Ese flujo migratorio descontrolado y las complicidades que lo facilitan deben ser motivo suficiente como para intensificar las gestiones dominicanas para la reanudación de los trabajos de la comisión con la finalidad de establecer acuerdos satisfactorios en materia de migración, intercambio comercial, desarrollo conjunto de los pueblos fronterizos, programas conjuntos en los ámbitos sanitario, forestal y protección de recursos naturales, y así por el estilo.

La República Dominicana ha hecho notables esfuerzos tratando de que la comunidad internacional vaya en auxilio de Haití, pero se necesita que en el plano interno actúe con la misma persistencia para tratar de romper la inercia del lado haitiano y procurar que haya logros tangibles en los aspectos que tiene pendientes la comisión bilateral.

Creemos que la mejor manera de lograrlo es tomándole la palabra al embajador Cineas.

Baní
El pueblo banilejo se ha caracterizado por su laboriosidad, limpieza y vocación comercial.

Los banilejos son gente solidaria y apegada a su región. Aunque se vayan a otros lares, nunca están ausentes y siempre dejan sentir su calor humano a familiares y allegados.

Han constituido una comunidad con características muy buenas en lo que concierne a comportamiento social.

Y, si se quiere, han sobresalido por la calidad de sus dulces.

No se entiende cómo un pueblo de esas características no cuenta con un buen acueducto, que se ajuste a las necesidades de su creciente población.

Los banilejos no necesitan un metro, sino metros cúbicos de agua potable, que es muchísimo más fácil y barato. Pongamos en presupuesto el acueducto de Baní.

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