Voluntarios EU empacan material envían a hospitales

Voluntarios EU empacan material envían a hospitales

POR ALTAGRACIA ORTIZ GOMEZ
PITTSBURGH, Pensilvania.-
Cientos de voluntarios de esta ciudad norteamericana dedican parte de su tiempo libre para empacar sábanas, medicamento y material gastable, que son enviados cada cierto tiempo a los hospitales dominicanos, cubanos y de otros países pobres de América Latina y Africa.

Se trata de voluntarios que trabajan para la Global Links (vínculos globales), una institución sin fines de lucro que tiene contacto con hospitales de esa región y que recopila todo el material sanitario que por razones de normas norteamericanas (muy estrictas), ya no usan esos centros de salud. Lleva 16 años de labor humanitaria en el mundo.

«Se que en algún lugar del mundo, alguien necesita una sábana, una toalla, un medicamento o cualquier objeto de estos para mejorar su salud», sostuvo Bob Gannon, un voluntario especializado que dedica siete horas de su tiempo a la ayuda humanitaria.

Nadie puede imaginar siquiera que existan niveles de pobreza irritantes, como que en una misma cama descansen tres parturiestas. Tampoco es posible imaginar que los pacientes tengan que llevar sábanas, toallas y medicamentos a los centros de salud.

Las escuelas de diferentes denominaciones cristianas envían a sus jóvenes y adultos a hacer horas de labor social humanitaria en favor de los enfermos hospitalizados en países pobres.

UN DIA EN GLOBAL LINKS

Aunque no todos los residentes de Pittsburgh están interesados en donar a los países pobres, un grupo que podría sobrepasar las 400 personas, hace todo lo que puede, por humanidad.

Siete empleados de la Global Liks reciben un salario, los demás son voluntarios. Sin embargo, hace falta gente que quiera entregar parte de su tiempo a los demás, «eso es justo lo que necesitamos, gente que quiera ayudar, porque tenemos de todo para donar», sostuvo una voluntaria.

Un gran almacén ubicado en la avenida 4809 Penn Avenue, de Pittsburgh, sirve de base de operación para los voluntarios, jóvenes, mujeres, niños y hasta nonagenarios, que se dedican a empacar los objetos médicos que recibirán los sistemas de salud de los países más pobres.

Un día en Global Links es una especie de «tormenta» en la que concurren los más variados grupos y en donde hacen vida por turno durante todo un día.

Unos empacan medicamentos, otros clasifican y envuelvan las toallas. Jóvenes buscan cajas para introducir equipos como esfinomanómetros y pinzas quirúrgicas.

Pero los voluntarios de Global Liks no son sólo jóvenes, allí hay también médicos especialistas, cirujanos y técnicos en anestesiología que revisan la fecha de vencimiento de los productos nuevos y la funcionabilidad de cada uno de los equipos.

Cada unos de los hospitales donantes tiene su equipo de ingenieros electrónicos que evalúa los equipos donados. En la sala de anestesiología del Mercy Hospital tienen un recipiente en el cual se depositan todos los materiales quirúrgicos y anestésicos que no usarán en ese centro de salud.

«Aquí el personal está sensible a los problemas de los países pobres, pero a la mayoría, por ignorancia, no les importa», indicó una técnica del área de anestesia del Mercy Hospital.

Cada año los voluntarios realizan 6000 horas de trabajo, llevan su agua, toman café y acuestan a sus niños dentro de su labor voluntaria.

Algunas empresas becan a estudiantes para que colaboren con la labor de Global Links, pero otros sienten que su deber es ayudar. En Pittsburgh, estudiantes de la preparatoria, de las universidades, jubilados y servicios sociales de iglesias, se apoyan para ayudar a países más pobres.

Sin embargo, previo acuerdo con los gobiernos de países pobres y tomando en cuenta sus necesidades, la gente de Global Links se empeña en que cada día pueda ser recopilado y empacado material sanitario para los países pobres y muy pobres.

EL PERSONAL FIJO

Kathlee Hower es la directora ejecutiva de Global Links. La acompañan en esta labor Elizabeth Clewett, David Davis, Hayley Doering, supervisora de voluntarios, Angela García, asistente de la directora; Lindsay Levine, Jenifer Novelli, Kathy Orellana, Don Tinker y Ellen Wilson, quien es la supervisora del programa de Sutura.

El programa de Sutura toma y clasifica todo el hilo, aguja, pinzas y material quirúrgico que serán enviados a los hospitales en lista para donación.

Por norma de la institución, los ministerios de Salud hacen sus trámites a través de las oficinas regionales de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

Cada donativo es recibido, clasificado y enviado al país que lo solicite. Las cajas vienen herméticamente cerradas, identificadas y con el nombre del destinatario.

En la República Dominicana se hace el trámite a través de la OPS y la secretaría de Salud Pública, pero el transporte lo facilita la compañía ITABO S.A, con quien existe un convenio de colaboración.

La mayor parte de los materiales donados al país han sido enviados a la región Sur. En Santo Domingo han recibido donativos la maternidad Nuestra Señora de la Altagracia y el hospital Juan Pablo Pina, este de San Cristóbal.

También han recibido donativos los hospitales de Azua, Baní, Ocoa, Pedernales, Barahona, Bahoruco, Independencia, Santiago Rodríguez, Dajabón y Monte Cristi.

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