Volvamos al libro y la lectura

Volvamos al libro y la lectura

A propósito de las alertas sobre el fomento de la lectura que fueron analizados en el VI Congreso Internacional de la Lengua Española, queremos destacar los que sucintamente consideramos como los más importantes: el espacio tomado por el libro analógico o digital, debido a la penetración de la tecnología, acompañada del envejecimiento y la partida de los intelectuales, escritores, poetas y maestros nacidos en el siglo pasado, el siglo XX. Nos referimos a quienes tuvieron pendientes siempre en el desarrollo de la industria del libro, fomentando el placer de la lectura. Hasta este momento, no avizoramos en el espacio pedagógico y cultural los relevos que puedan ejercer el oficio de editor, de profesores de lenguas y de reflexionar desde sus instancias sobre los problemas y retos de la lengua. Aunque, un espacio de luz y esperanza nos ha traído recientemente este Congreso celebrado en el mes de octubre en la Ciudad de Panamá, para abordar el pasado, presente y futuro del libro, así como los desafíos que enfrenta un idioma que comparten casi 500 millones de hablantes.

El libro fue el protagonista de los centralizados debates del Congreso, muy afianzado en su defensa por los ministros de Educación de España y de Panamá, así como de los directores del Instituto Cervantes y la Real Academia Española, e intelectuales, periodistas y editores de esta lengua.

Bajo el lema de “El español en libro: Del Atlántico al mar del Sur”, quedó inaugurado el importante evento, con la solemne asistencia del príncipe de Asturias, Felipe de Borbón, quien hizo un breve discurso, preciso y motivador, recordando los diferentes elementos de la cadena de valor del libro y la importancia de cada uno ellos, además, analizando sobre la protección al derecho de autor. Luego, fue precedido por el presidente de Panamá, Ricardo Martinelli. Dicho acto inaugural, en la ciudad de Panamá, se hizo en el centro de convenciones ATLAPA, e intervinieron el director del Instituto Cervantes, Víctor García de la Concha, y el director de la Real Academia Española (RAE), José Manuel Blecua, así como Enrique Iglesias, secretario general iberoamericano, y el escritor peruano y premio Nobel de Literatura 2010, Mario Vargas Llosa, entre otros.

Las primeras reflexiones y análisis sobre la palabra, el libro y la lectura, que aprovechó Vargas Llosa para evocar al Inca Garcilaso de la Vega, quien alertó que la belleza del idioma de la que tanto se habla hoy es el resultado del mestizaje con las lenguas americanas de la conquista y de la propia deriva que esta ha adquirido en los 22 países en los que se habla el español. En su brillante exposición Mario Vargas Llosa eligió el atrevimiento de decir que no hay que cerrar el español a las influencias de otras lenguas, y por el contrario, recomendó “abrir las ventanas del idioma” para enriquecerlo de otros lenguajes, así como el español enriquece otros idiomas. Obviamente, que no todos los asistentes tenían esta posición vanguardista, porque hay muchos puristas que toman otras opciones. Pero, el multilingüismo es muy importante en el presente, porque no podemos concebir las perspectivas de integración profesional e intelectual para este siglo XXI sin que una persona no hable de tres a cuatro idiomas.

También expusieron con brillantez escritores como el colombiano William Ospina, quien tuvo participación relevante y con duras críticas al sistema educativo y cultural de los países latinoamericanos, aprovechamos para resaltar algunos párrafos de su intervención en la que señaló “los más cordiales enemigos de la lectura son la academia y la industria editorial”. Este escritor presentó una ponencia bajo el título “Libro, lectura y educación”, destacando en la misma como fundamental corregir esa obligatoriedad y provecho, que lo único que logra es ahuyentar lectores.

Otros participantes como Ángel Gabilondo, exministro de Educación, apuntó que “Aprender a leer es a su vez activar la capacidad de decidir”. Frente a la pasiva recepción acrítica, se requiere la hospitalidad de la lectura. En ocasiones es más interesante promover esta capacidad que leer una cantidad ingente de textos. Es más decisivo leer despacio, desafiarse con encrucijadas en espacio de deliberación, que tratar de zanjar de una vez por todas nuestras incertidumbres. Uno de los modos se propicia con la escritura”. La ministra de Educación de Panamá desde hace dos años, invita a que sus escolares y padres de familia escriban cuentos o poemas, en definitiva, buscar que el único texto obligatorio sea el propio, generar curiosidad por lo que escribe el de al lado y así crear una cadena de lecturas y recomendaciones.

Fueron tratados temas fundamentales como el abordado por la reconocidísima editora catalana Carmen Balcells, quien alega que “La lectura debería empezar con los periódicos del día”, la agente literaria del “boom latinoamericano”, quien tuvo mucho que ver en el éxito de García Marques, se pregunta: ¿Qué es primero? ¿El pensamiento o la palabra? Yo creo que la palabra. ¿Y porqué la lectura? Porque la lectura es un acto constante y cotidiano, que debería empezar a primera hora, a ser posible muy temprano con la lectura de los periódicos del día. El hábito de leer en cualquier soporte y debido a cualquier actividad profesional, escolar o académica implica a continuación leer y leer y leer; a veces, en una sinfonía extraordinaria que es leer y escribir. ¿Y qué significa el libro? El libro es la apoteosis final. El libro, que es un acto de amor, es muy dúctil.

El muy reconocido periodista y académico Juan Luis Cebrián, presidente del Grupo PRISA, editor de El País, considera que la lectura de libros se corresponde con el índice de lectura de periódicos. La red de librerías en Latinoamérica es escasa e insiste en que “la base de todo es la educación y el cambio de estrategias para inculcar la lectura en papel o e-book. Aquí tenemos otra corriente de los temas analizados.

También se trataron el papel de las bibliotecas en un mundo analógico y digital. Se discutieron la importancia de ir reconvirtiendo las tradicionales bibliotecas en virtuales, obviamente sin que desaparezcan las tradicionales. Aprovecharon para destacar la Biblioteca Virtual del Instituto Cervantes.

Definitivamente, hay una alerta urgente para el fomento de la lectura, y se trata de despojarse de su carga utilitaria. “Leer es un placer y eso es lo que se tiene que transmitir”. Y desde nuestro punto de vista, la manera de fomentar el libro y la lectura es a través de planes básicos escolares, lo que dejará como resultado una importante reducción de la pobreza. Esto debe estar en las prioridades de un Estado en los campos de educación y de cultura. Entrenar y preparar los docentes o maestros necesarios, y dejar los planes cosméticos que son puros guiños populistas.

 

 

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