¿Volverán las oscuras golondrinas?

¿Volverán las oscuras golondrinas?

La Marina de Guerra dio su visto bueno. El Ministerio de Medio Ambiente, lo santiguó. Unos cuantos pilotillos y el medio ambiente salvado, el sistema ecológico protegido, el ecoturismo franqueado. La canción de Joan Manuel Serrat, Toca Madera, me recuerda: “la Constitución te ampara; la justicia te defiende; la policía te guarda; el sistema te respalda. ¡Al mal tiempo, buena cara!”

Hace poco, una cementera puso en peligro las riquezas del Parque Nacional de Los Haitises. La UASD y la Academia de Ciencias dieron la clarinada. La sociedad civil, la que le duele, se movilizó. Los “muchachos” respondieron. Días y noches de intensa vigilia, de represión, desafiando la fuerza bruta. Protegiendo Los Haitises. Sus grandes reservas naturales. El medio ambiente: aire, ríos, mar y tierra y sus especies, amenazado por  la explotación de una mina en esa reserva forestal.

Colocado en el ojo de la tormenta, el Presidente de la República se lava las manos.  Declina su responsabilidad. Pide auxilio a  la ONU. Contrata un grupo de expertos internacionales. Confrontados con  los expertos criollos éstos, cargados de estudios, datos y buenas razones, convencen, triunfan. No a la minera. Que vaya con su música a otra parte.

Tiempo atrás, el Presidente había maniobrado igual, con mejor suerte. Desoyó las recomendaciones del CESI y las voces opuestas a la construcción del Metro. Contrató sus propios consultores extranjeros.  El Metro fue impuesto, contra viento y marea.

Recientemente, la Academia de Ciencias, la UASD y la Fundación Dominicana de Estudios Marinos, Inc., convocaron a una rueda de prensa, a propósito de un despropósito: una  base o estación naval militar en la isla Saona. Fijaron posición, cerraron frontera: “Rechazan el establecimiento de una estación naval y un muelle por parte del Comando Sur, en Catuano, isla Saona, por tratarse de un organismo militar de una nación extranjera y  de cualquier intervención de esta naturaleza (no sólo militar) en el Parque Nacional de Este, área emblemática del Sistema Nacional de Áreas Protegidas que atesora una extraordinaria riqueza biológica y numerosas especies marinas y terrestres amenazadas o en vía de extinción. El estrecho de Capuano,  es uno de los ambientes más frágiles y diversos con que cuenta esta unidad de conservación y el Santuario Marino de Arrecifes del Sureste, creado por decreto 571/09”.

El Presidente de la Academia,  portavoz, destaca las leyes violadas con ese proyecto – no autorizado por el Congreso – y, muy particularmente, el Capítulo IV de la Constitución de la República sobre Recursos Naturales. 

El Primer Magistrado de la Nación, haría bien en cumplir y hacer cumplir la Constitución. Conciliar intereses nacionales. Desechar  la manzana de la discordia. Asumir su responsabilidad como Jefe de Estado. Cinco  destacamentos  militares de la Marina,  distribuidos en esa zona, tienen la delicada misión de  proteger el ecosistema y el  medio ambiente, combatir el narcotráfico, los viajes ilegales, y hacer más atractivo al  turismo ecológico. Destartalados, mal abastecidos y peor preparados, carentes de equipos modernos y  personal calificado, no pueden cumplir con su deber patrio. Hay que ir a su rescate, agradecer la ayuda, sin olvidar que de buenas intenciones está empedrado el camino del infierno.           

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