Votar mirando hacia los lados

Votar mirando hacia los lados

Con precauciones sanitarias confiables y expresadas protocolarmente como obligatorias, millones de ciudadanos deberán acudir en orden a los recintos electorales el próximo 5 de julio; corriendo, probablemente, menos riesgos que los usuales en el marco de múltiples apiñamientos del día a día. De todos modos lo viral, manejable con higiene, distancia y mascarillas, estará no más que en agregación negativa a algunas formas deshonestas de competir por el poder contra las que procede estar a la defensiva y que podrían incluir propósitos de alterar veladamente certificaciones de resultados, obstaculizar con perfidia fases del proceso en inconformidad con visibles tendencias adversas del electorado hacia alguien en particular o recurrir a compras de votos y cédulas.
Cabe en la lista de distorsiones ajenas a microorganismos proyectar sobre beneficiarios de ayuda social a partir de listas oficiales el temor a perderlo todo si hacen sobrevenir cambios políticos. Fresco en la memoria queda aún el fracaso histórico de febrero, cuando irregularidades electrónicas hicieron colapsar por primera vez en República Dominicana un proceso de votación apenas comenzado, después que a la sombra de la noche anterior hubo una incursión de rara procedencia al centro clave de la automatización que luego llenó de fallas al sistema. Ese hecho tan grotesco obliga a cuidarse de malevolencias. A dormir sin cerrar los ojos.

Mejor es debatir sin exclusiones

El contraste de ofertas de gobierno entre aspirantes presidenciales que organizan los empresarios jóvenes no debe subordinar la participación en debate a la cantidad de seguidores que hayan logrado o se calculen a los contendientes. Guillermo Moreno tiene la atendible cualidad de cuestionar, como ningún otro, las formas de gobernar, a veces de la peor manera, que el dominicano ha visto en mucho tiempo. Vale porque va contracorriente y generaría probablemente un interesante choque de pareceres ante el previsible auditorio.Tan negativo resultaría que lo dejaran fuera como carecer de la presencia del candidato que más falta por conocer en importantes aspectos; pendiente de exponerse al escrutinio de la opinión pública. Sin el silencioso Gonzalo Castillo (PLD) faltarían respuestas fundamentales y documentadas sobre el Poder de ayer, hoy y mañana.

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