Votar/o no votar/El Che Guevara

Votar/o no votar/El Che Guevara

RAFAEL GONZALEZ TIRADO
“Disputaban” tres amigos acerca del destino del país y las diferencias encontradas dentro de ellos.

El sector que antes estaba seguro dentro de la primera vuelta, ahora blasonaba de seguro triunfador para una segunda vuelta o balateo, si fuese necesario.

Cada -dos de los amigos- desbordaba su grupo preferido.  El tercero era parco o cuidadoso, o quizás menos interesado o menos atrevido.

Cada quien de aquellos dos se sentía seguro de su parcela política. El primero basaba su seguridad en las condiciones particulares del momento y la experiencia del mandatario-candidato.  El segundo consideraba que él estaba adscrito a un partido de masas, de amplio margen dentro del voto duro y batallador orgulloso por los ideales de su pueblo.

El tercero callaba, recogido en su propia intimidad, envuelto en su propio pensamiento.

Los recursos de la clase gobernante, dijo el segundo, la connivencia con los poderosos y el desamparo de los débiles, hacen que los que medran en la cúspide del poder aparezcan en primera línea durante los días iniciales de campaña. Pero luego las cosas van variando y los sectores tímidos asumen su compromiso y arremeten con responsabilidad y, a partir de ahí se nota que las cosas comienzan a cambiar.  Por eso no se habla hoy en sentido de barrer en la primera vuelta.  Y todos los que creen que participarán en la segunda vuelta se preparan para las alianzas.

El tercer amigo parecía descreído. No se le notaba interés en intervenir, hasta que uno de los otros dos amigos lo interpeló:

-¿No tienes nada qué decir?

¿Qué te sucede? ¿Por dónde  anda tu mente?

El tercero bajo la cabeza. Vaciló un momento, pero creyó que sus amigos merecían una respuesta acerca de sus convicciones particulares y circunstanciales. Y dijo:

– Recuerdo una visita de Fidel Castro y el Che Guevara a la Unión Soviética al principio de la Revolución Cubana.  Un periodista europeo logró la oportunidad de entrevistar al Che,  con la preocupación de la falta de elecciones en Cuba.  Preocupación tan añeja como la Revolución Cubana.

Guevara le contestó que dichos procesos conducen a ningún resultado a favor del hombre nuevo que Cuba se proponía levantar.

El periodista respondió que cuando menos el proceso electoral permite que el electorado pueda escoger  al menos malo de los aspirantes.

El Che contraatacó:

-De todas maneras estás escogiendo un malo dentro de varios que son peores.

Fueron, más o menos, las últimas palabras del Che Guevara en ese intercambio.

¡Qué  incertidumbre para tantos electores del mundo!

Si el gobernante es bueno, no lo dejan gobernar, porque los poderes internos y externos lo  hacen claudicar o lo revientan.

¿Gobierna el pueblo? ¿Dónde? ¿De qué manera?

El poder está donde está y es difícil sacarlo de su lugar.

Yo prefiero no votar, enfatizó el último, y quedar anónimo en el renglón de los abstencionistas, y que ese porcentaje señale la tendencia de los que ni creen ni los engañan con este sistema que favorece el status quo, a los que se imponen por la fuerza del dinero y del dinero de las  fuerzas.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas