Vudú alcanza máxima expresión en aldea
de Souvenance

Vudú alcanza máxima expresión en aldea <BR>de Souvenance

Souvenance, HaitÍ, (EFE).- La pequeña aldea de Souvenance, en el noreste de Haití, se ha convertido durante los últimos días en el epicentro del culto al vudú en este país caribeño.

Como es tradición desde hace más de 150 años, cuando llega la Semana Santa cristiana, centenares de personas se desplazan a Souvenance para asistir a una de las ceremonias de iniciación más famosas de Haití, que dura varios días.

Los rituales comienzan el Sábado Santo por la noche, cuando decenas de “ounsis”, mujeres y hombres vestidos de inmaculado blanco, se dirigen al “lakou” o recinto espiritual del vudú después de haber pasado algunas horas en una sala interior del templo invocando a los espíritus.

Al ritmo de la música de los tambores de piel de vaca, que con destreza y sin descanso tocan los maestros tamborileros, los “ounsis” comienzan a dar vueltas al recinto entre cánticos y algunos entran en estado de trance.

Varios “hougan” o sacerdotes vudú controlan y dirigen en todo momento esta ceremonia, que tiene una trascendencia y simbología únicas, ya que su templo es uno de los más antiguos dedicados a los ancestrales ritos y deidades Rada del reino Dahomey, cuya cultura era la predominante en el Haití de hace 200 años.

   Sobre las cinco de la madrugada del domingo los “ounsis” se retiran a una sala del “lakou”, donde permanecen cantando e invocando a los espíritus hasta las nueve de la mañana, cuando la actividad religiosa se reanuda en todo su esplendor.

   El domingo es la jornada destinada al sacrificio de diferentes animales como cabras, gallos y una vaca que serán ofrecidos a los espíritus.

   La relación entre el mundo de los vivos y el de los muertos está en la base de esta religión politeísta que tiene su origen en el Africa Occidental (Ghana, Nigeria, Togo y Benín) y fue traída a Haití en el siglo XVI por los esclavos.

   Nadine es una de las decenas de personas que participan de una manera más o menos activa en la ceremonia.

   Lleva más de seis años acudiendo a Souvenance y opina, según declaró a EFE, que “no existe una ceremonia tan interesante como ésta” en Haití.

   “Su importancia radica en que este templo es uno de los más antiguos de Haití, ya que data, incluso, de antes de la independencia (1804)”, afirma.

   Los alrededores del templo y la propia aldea de Souvenance son un ajetreo continuo: Un incesante ir y venir de curiosos, fotógrafos y haitianos dispuestos a hacer negocio vendiendo comida o toda clase de bebidas.

   Al mismo tiempo, los “ounsis” no cesan en sus cánticos y son muchos los que, tras dos días de ininterrumpida actividad espiritual, alcanzan distintos estados de trance que culminan con un baño colectivo en una especie de charca de aguas turbias.

   Con este baño de purificación se da por concluida la jornada del domingo para visitantes y participantes.

   Para terminar con la ceremonia, el lunes muy temprano sacerdotes e iniciados acuden a un árbol en medio de un valle próximo a Souvenance donde proseguirán con sus contagiosos ritmos, cánticos e invocaciones.

   Pese a que esta religión forma parte de la idiosincrasia haitiana de una forma tan poderosa como la lengua “creole”, no fue hasta 1987 cuando el Estado la declaró religión oficial del país.

   Hoy por hoy es la religión mayoritaria de los haitianos, que en la mayoría de los casos profesan al mismo tiempo otras como la católica o la protestante. 

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