Vuelan las voladoras

Vuelan las voladoras

Una opinión editorial de este diario recordó la necesidad de que el proceso de examen de las condiciones de un aparato automotriz sea una revisión real. Hemos llamado revista a este proceso, lo mismo que al marbete que muestra que cumplimos la obligación. Y como ejemplo de esa necesidad, el editorialista comenta que estaban desgastados los neumáticos del minibús que cayó al mar en la autopista Las Américas. Los once muertos tal vez determinen, desde el silencio de las tumbas, que la revista de vehículos responda al espíritu de la ley.

La tarea de revisión de las condiciones de funcionamiento de los vehículos de motor responde al carácter de la dominicanidad. Eufóricos, en los días siguientes al instante en que se produce la ordenanza de aplicación, atropellamos a quienes montan el aparato. ¿Marcha sin marbete del año en el cristal delantero? ¡Venga la multa! Desaprensivos e injustos sin embargo, multamos a este sí y al otro no. Y a este no, porque es fulano de tal que tanto monta porque monta tanto. Y luego, el olvido.

Es como lo de las placas. ¡Nadie circulará sin el marbete probatorio del pago de la extensión de vigencia de la placa de número! Pero circulamos. Con temerosa cautela y evasivas artimañas se elude el bulto a los agentes que, con vista de águila, detienen los vehículos que carecen del marbete. Hasta que se atempera la fiebre. Póngase usted a mirar placas de número en las calles. Sin asombrarse -estamos seguros que a nadie le llamará la atención-, contemplará placas de número de las rojas. Fueron emitidas en el penúltimo gobierno del Dr. Joaquín Balaguer. ¿Y qué?

Euforia. Desaprensión e injusticia. Dejadez. Este es el ciclo. Y debido a ello las voladoras vuelan en calles y carreteras, a sabiendas que nadie les llamará la atención por violar los límites de velocidad. U otras faltas. Sus conductores pasan por encima de todas las rayas o doble rayas blancas o amarillas, atropellando a los otros automotores. Y debido a que muchas veces marchan sin bocinas, cuando topetan con un flemático conductor que no les abre paso, aceleran y frenan encima del parachoques trasero.

Sistematicidad. En este vocablo se encuentra la clave. Mientras la intermitencia caracterice la aplicación de los reglamentos del tránsito vehicular, seguiremos contemplando transgresiones en nosotros, los conductores. ¿Acaso no lo hemos visto en la vuelta en U en la intersección de la Leopoldo Navarro y Juan Enrique Dunant? En algunos días los agentes prohiben ese retorno. Otros días, en que la euforia va tras otras faltas, se permite. ¿Qué piensa el conductor que, con frecuencia, utiliza la vía?

Dejo la respuesta al raciocinio e imaginación de los lectores, que, por supuesto, sabrán por qué vuelan las voladoras.

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