Washington (EFE).- El presidente de EEUU, George W. Bush, defenderá otra vez, el próximo lunes, una reforma migratoria que incluya un programa de trabajadores temporales, en un momento en el que el debate arrecia y se crispa mientras vuelve al Senado. La Casa Blanca informó ayer de que Bush se dirigirá a la nación la noche del lunes para hablar exclusivamente de la inmigración ilegal, un asunto que ha agitado las pasiones a favor y en contra de la legalización de los inmigrantes indocumentados.

En su primera intervención como nuevo portavoz de la Casa Blanca, Tony Snow dijo hoy que este es un “momento crucial” en el debate migratorio y por eso Bush quiere remachar su postura en torno a la reforma migratoria. El asunto sobre cómo mejorar el control de la frontera con México, por donde se cuela la mayor parte de los inmigrantes sin papeles, ha dado a pie a ideas que van desde construir más muros hasta su militarización, como estudia ahora el Pentágono.

El Gobierno de Washington considera que un programa de trabajadores temporales respondería a las necesidades de la seguridad fronteriza y las del mercado laboral estadounidense.

Bush ya ha dejado claro que un programa semejante sería el mejor antídoto para la inmigración ilegal, pero sus palabras no encuentran eco en el ala más conservadora del Partido Republicano, que se opone a cualquier tipo de legalización de los indocumentados.