POR ALTAGRACIA ORTIZ GOMEZ
Las dificultades para dializar a los pacientes renales de la Unidad de Diálisis del hospital Luis Eduardo Aybar se incrementaron nueva vez, debido a que ayer no había agua, escaseaban los filtros y los enfermos sufrían de calor por falta de abanicos y acondicionadores de aire.
Mientras tanto, las diferentes salas de emergencia de ese centro son calificadas por los médicos como «chiqueros», en los que la intimidad de los pacientes queda el descubierto de todo el que la quiera observar.
Todo esto sucede a pesar de que el Gobierno declaró como una prioridad sacar los enfermos renales de la crisis que los colocaba en las primeras planas de los periódicos nacionales.
Sobre las dificultades para dializarse habló el atleta de alto rendimiento, Miguel Angel Esteban Martínez, quien lamentó que por problemas de gerencia en el hospital dejaran terminar el agua que se usa para el proceso de diálisis.
Otros pacientes que se quejaron por las carencias fueron Frank Féliz y Pedro Alvarado. Lamentaron que la administración del hospital deje terminar el agua, un insumo que para ellos es vital.
Como consecuencia de la faltas de líquido para dializar, el proceso de purificación del órgano de esos enfermos se vio ayer reducido en el tiempo. Recibían menos horas de diálisis.
El agua es un insumo sin el cual no es posible limpiar los riñones de los enfermos renales, pero por descuido la dejaron terminar. El temor a morir se apodera de inmediato de los pacientes renales.
LAS EMERGENCIAS NO SIRVEN
Sólo la emergencia pediátrica manejó el año pasado 39,000 casos, pero el hacinamiento, la falta de equipo y la división por área es prácticamente inexistente. Los médicos confiesan que no es posible devolver la salud en medio de tanta precariedad y hacinamiento.
Aunque los últimos tres gobierno han prometido construir el área de emergencia y ampliar el hospital, todo sigue igual y las precariedades son las mismas.
Se hace evidente el esfuerzo de las autoridades del hospital por mejorar las condiciones de higiene, la realidad es otra, los recursos son escasos y la estructura física no aguanta mucho.
En las cuatro áreas de emergencia del hospital pulula el hacinamiento, se juntan los niños asmáticos con las embarazadas y los heridos y la privacidad de cada uno de los casos que allí llegan, brilla por su ausencia.
«Mira, aquí se juntan los pacientes heridos con las mujeres embarazadas, los niños asmáticos con los enfermos crónicos y con los ancianos», señaló un médico del área de emergencia que pidió omisión de su nombre.
En el día de ayer los pasillos, las salas de consulta y las diferentes emergencias estaban llenas de pacientes que buscan los más variados servicios de salud.
Hace unos días que las organizaciones populares de la zona, la Iglesia Católica, CodonBosco y los médicos del centro de salud han demandado del Gobierno la construcción inmediata del hospital.
Uno de los graves problemas que enfrenta el hospital Luis Eduardo Aybar es el de la sobrepoblación de pacientes, la pobreza que rodea un centro al que asiste en su mayoría el segmento social más humilde de la zona.
El centro maneja numerosos casos de violencia, lo que hace que se dispare el presupuesto o la subvención que asigna cada mes el gobierno.