En un afán por recuperar lo que pensábamos irrecuperable, la moda ha vuelto a sorprender al utilizar las tradiciones indígenas para inspirar y adornar las piezas más atrevidos del verano.

Étnica, tribal o indígena, la razón de la existencia de esta moda, que se mantiene vigente en las pasarelas, escaparates y entre celebridades desde 2012 hasta la fecha, es darle al verano ese toque relajado y folclórico que tanto pega en las actividades al aire libre propias de la temporada.

Etnias arrasan en las pasarelas 

Firmas como Dolce&Gabbana o Just Cavalli, Alberta Ferretti, Emilio Pucci, Missoni y Valentino apostaron también por motivos de las civilizaciones indígenas, aztecas y africanas, impresos o bordados en soberbios vestidos, bañadores o abrigos. Firmas “low cost” (bajo costo) como Bershka también se han apuntado a esta tendencia.
Impacto

La influencia de lo primitivo y sus diseños constructivos, caracterizados por el ensamblaje y la hipersofisticación, son evidentes en las décadas de los años 20 y 30.

En cuanto a los diseñadores, tal vez fuese Yves Saint Laurent el primero en poner su mirada en el continente africano, concretamente en el norte.
Vuelve para quedarse

Lo étnico ha convertido así en mucho más que una tendencia que ha arrasado en los últimos desfiles. Es, además, un anhelo profundo de regresar a una época menos artificial en la que la vida era de otra manera y que, con la distancia, tendemos a idealizar. Así, los collares “oversize” de Louis Vuitton y Valentino Garavani, los estampados animales de Bottega Veneta o el colorido de Missoni no solo rinden homenaje a la siempre misteriosa África, sino que mandan un mensaje que surge en las pasarelas y busca reconectar con nuestro lado más humano y sencillo.