Vulnerabilidad climática en AL

Vulnerabilidad climática en AL

BUENOS AIRES (AFP).-  «América Latina y el Caribe, donde se localizan varios de los países con mayor disponibilidad de agua dulce y biodiversidad del planeta, presenta muy alta vulnerabilidad ante el cambio climático, según un informe difundido el sábado en Buenos Aires, en la Cumbre del Clima.

   «El incremento de la intensidad y frecuencia de los huracanes en el Caribe, los cambios en los patrones de precipitaciones, el aumento de los niveles de las riberas en Argentina y Brasil, y la reducción de los glaciares en la Patagonia y los Andes, son fenómenos que indican el impacto que el calentamiento global podría tener en la región», dice el estudio.

   El documento, titulado «El cambio Climático en América latina y el Caribe», es el resultado de una iniciativa del gobierno de México y del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), cuyas conclusiones sugieren que «el cambio climático será cada vez más un problema de desarrollo».

   Como ejemplo de situaciones de desastre que el cambio climático puede tornar más frecuentes en el futuro, el informe recuerda que «el evento de El Niño que tuvo lugar entre 1982 y 1983 fue devastador».

   «Causó una pérdida de 12% del PBI (Producto Interno Bruto) peruano, así como la pérdida de 8,5% en la producción agrícola y de 40% en la pesquera», precisa, citando datos de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), de las Naciones Unidas.

   El Niño siguiente fue entre 1997 y 1998, y trajo «inundaciones catastróficas y severas sequías con daños económicos significativos en el noreste y el sur de Brasil, así como en la costa del Pacífico en Ecuador, Perú y Chile».

   «En Paraguay, Uruguay y Argentina hubo precipitaciones que en algunos lugares llegaron a ser 16 a 17 veces por sobre las normales. Los incendios forestales ocurridos en México, Centro América, Venezuela, Bolivia, Paraguay y Brasil, posiblemente también estuvieron asociados a dicho fenómeno», apunta.

   Respecto del Caribe, recuerda que el huracán Mitch (1998) afectó a 1,2 millones de personas, con decenas de muertos y pérdidas cercanas a 8.500 millones de dólares, más que el PIB anual combinado de Honduras y Nicaragua, los dos países más golpeados por el fenómeno.

   El George (1998) causó en la República Dominicana cerca de 235 muertos y afectó a casi 300.000 personas. En 2004, el Charley ocasionó daños por 18.500 millones de dólares, y el Iván provocó más de 100 muertos y destruyó 15.000 hogares en Barbados, Trinidad y Tobago, San Vicente, Granaditas, Granada, Jamaica, Cuba y Estados Unidos.

   El informe advierte que el grado de impacto de fenómenos futuros «dependerá del desempeño de las naciones en el desarrollo de medidas de mitigación y adaptación» al cambio climático.

   «Las fallas de adaptación y la vulnerabilidad aumentaron debido a la pobreza, a la degradación de los recursos naturales, a la carencia de planificación en el uso de suelo y a la falta de preparación de un plan importante para contrarrestar los daños causados por los desastres relacionados por el clima», diagnostica.

   La región tiene baja responsabilidad en las emisiones de gases que provocan el efecto invernadero, con 4,3% del total mundial en 2000, muy por debajo del aproximado 25% que emite Estados Unidos, pero registra tasas muy altas de deforestación, lo que también contribuye al calentamiento global.

   «La tala de árboles en la Amazonia brasileña durante la década pasada aumentó 32%, pasando de 14.000 a 18.000 kilómetros cuadrados por año», precisa.

   Indica que las causas principales de deforestación «incluyen el desarrollo del sistema de transporte carretero, los incentivos del gobierno para la agricultura, el financiamiento de proyectos a gran escala, tales como presas hidráulicas, y la explotación de la tierra».

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