A pesar de que el país cuenta con instrumentos jurídicos como el Código del Menor, para citar un ejemplo, todavía es alto el grado de vulnerabilidad de nuestros niños ante formas comunes de trato que son consideradas abusivas. Nuestros pequeños están muy expuestos a circunstancias que les hacen vulnerables, como es el caso de la débil gestión de estructuras de protección que reaccionen ante la pérdida de cohesión de la familia y el deterioro de la relación de pareja.

Visión Mundial, un organismo de prestigio internacional que trabaja con la niñez dominicana desde el año 1989, afirma que en nuestro país aún hay mucha tolerancia y justificación en torno a la violencia y el abuso contra la niñez. En un estudio reciente, cita la pobreza, la corrupción, la débil visión de la problemática de la infancia y el no cumplimiento de los roles de los sistemas de protección, entre los principales factores que contribuyen a la vulnerabilidad de la niñez dominicana.

Al margen de ese estudio, hay sectores que consideran inconsistentes las políticas oficiales de protección de niños en circunstancias especialmente difíciles, como aquellos que quedan huérfanos cuando la relación entre sus padres degenera en tragedia. Es innegable que hemos avanzado en políticas de protección de la niñez, pero queda aún mucha vulnerabilidad.

BRILLANTE NAVIDAD 

El Ayuntamiento del Distrito Nacional ha ganado muchos elogios por el parque de luces Brillante Navidad, puesto en servicio recientemente. El esplendor ha deslumbrado a más de un visitante porque, a decir verdad, este parque temático es un verdadero atractivo citadino, especialmente para los niños que generalmente dejan volar la imaginación hacia el maravilloso mundo de la fantasía.

Lástima que una buena parte de los visitantes llegan al parque de luces con la mente cargada con las imágenes de los montones de basura que hay en sectores del Distrito Nacional. Entonces es inevitable el contraste, entre el esplendor por la abundancia de luces y la indignación del ciudadano por la abundancia de desperdicios en las vías públicas. En la balanza de la percepción del ciudadano están las dos imágenes, la de las luces alegóricas a la Navidad, y por supuesto las otras.