El desarrollo sostenible será siempre difícil en el Caribe por la vulnerabilidad de la región a los efectos de fenómenos naturales tales como huracanes, inundaciones y terremotos, incluso, a la posibilidad de un tsunami, estimó Reginald Burke, experto del Mercado Común del Caribe (Caricom) en el diseño e implementación de políticas medioambientales.

Destacó  que pese a que la región no representa un peligro determinante en la contaminación del planeta debido a que sus emisiones de dióxido de carbono son muy mínimas, el cambio climático que esta situación está provocando sí le está representando una amenaza cada vez más intensa por la frecuencia de los huracanes.

Estos fenómenos naturales, explicó Burke, provocan fuertes oleajes que están generando un verdadero cambio en las costas, situación que afecta tremendamente a la mayoría de los habitantes de la región que viven a ese nive.

“Pero también está generando un impacto negativo a nivel del comercio, pues en las costas es donde está gran parte del capital invertido, especialmente en la mayoría de las pequeñas islas que viven básicamente del turismo”, informó Burke, quien estuvo recientemente impartiendo un seminario regional sobre el tema en la sede de la Fundación Global, Democracia y Desarrollo (Funglode).

Observó también que el impacto negativo por este fenómeno se está sintiendo en la industria pesquera, en la degradación de las playas y en la producción agrícola, que son las industrias que constituyen el soporte económico de la región.

“La realidad es que somos islas pequeñas y como tales no emitimos grandes cantidades de dióxido de carbono, el problema nuestro no reside en la disminución de estas emisiones, sino más bien en protegernos contra los efectos de los huracanes”, recalcó.

Pusocomo ejemplo el caso de Barbados, su isla natal, donde la costa se ha ido erosionando y ha sido necesario construir muros para detener la erosión.

Burke destacó también la actividad volcánica que es permanente en varias de las islas de la región, recordando que en Grenada la economía y el sector turismo marchaban bien, pero en 48 horas toda la infraestructura estaba destruida por la actividad de un volcán. Califica como preocupante la situación.