La caída de una avioneta cargada de drogas en Pedernales, que costó la vida a sus cuatro ocupantes, debe obligarnos a pensar en el grado de vulnerabilidad del espacio aéreo y el territorio de nuestro país. De principio, obliga este suceso a preguntar cuántos vuelos exitosos con el mismo tipo de carga habría logrado realizar este aparato o cualquier otro similar. Quienes nos certifican o descertifican en materia de combate contra las drogas nos ven como puente internacional del narcotráfico y poco o nada les importa que lleguemos a ser, más que puente, un destino, un creciente mercado de consumo.
Debido a que la vulnerabilidad de nuestro espacio aéreo y territorio es una verdad innegable, las autoridades deben pensar seriamente en revertir esta situación. La guerra contra el bombardeo y la descarga de drogas requiere de una logística de la cual carecemos actualmente. Con o sin Súper Tucanos, el combate requiere de radares que permitan vigilar mejor nuestro espacio aéreo, detectar vuelos no autorizados y hacer lo que las circunstancias aconsejen en el momento preciso. Aquí está creciendo un mercado de consumo que se nutre de la parte de las drogas que se quedan como paga por tráfico y manejo de cargamentos. Desde esa vertiente, la vulnerabilidad aérea y territorial es un aliado del narcotráfico y un enemigo peligroso para la integridad nacional.
Signos de incertidumbre
La crisis financiera de los Estados Unidos puede determinar un significativo debilitamiento del dólar. La experiencia reciente con las alzas petroleras indica que la pérdida de valor del dólar se asoció con la especulación y determinó la burbuja que ya empezaba a disiparse, pero que parece recuperar bríos por la situación de la economía norteamericana. Para nuestro país podría darse la situación de que lleguemos a tener muchos pesos para comprar dólares, pero eso afectaría la competitividad de las exportaciones y servicios como el turismo.
Desde todo punto de vista, la crisis financiera de Estados Unidos genera incertidumbre para las demás economías, sobre todo las más pequeñas, y cuando hay incertidumbre hay que afinar muy bien la puntería a la hora de tomar decisiones de orden económico. Aquí, mientras tanto, deberíamos empezar por reducir el gasto público y estar muy atentos a lo que pasa.