VW se compromete a revisar los motores trucados en 2016 y a aclarar escándalo

VW se compromete a revisar los motores trucados en 2016 y a aclarar escándalo

Volkswagen

 Berlín. El grupo automovilístico alemán Volkswagen anunció hoy que revisará a lo largo de 2016 los millones de automóviles afectados por la manipulación de las emisiones contaminantes en motores diesel, al tiempo que ratificaba su compromiso con el total esclarecimiento del escándalo.

“Me he comprometido personalmente a aclarar hasta el final lo ocurrido”, afirmó el hasta ahora responsable de Finanzas de VW, Hans Dieter Pötsch, en una breve comparecencia ante los medios tras ser designado nuevo presidente del consejo de supervisión del consorcio.

Su elección se produjo en una reunión extraordinaria, quince días después de estallar el escándalo que precipitó la dimisión del consejero delegado de VW, Martin Winterkorn, y de cuatro altos cargos más, y en medio de presiones del estamento político sobre el consorcio.

El gobierno de Angela Merkel había exigido al grupo un calendario para subsanar los daños ocasionados por la manipulación detectada en EEUU a los motores diesel en unos once millones de automóviles, de los cuales ocho millones supuestamente circulan por Europa.

El plazo dado por el Ejecutivo expira este miércoles, a medianoche, y el propósito de la compañía era respetarlo, indicó un portavoz de VW a Efe.

Antes de concretarse el envío de ese informe e incluso antes de la reunión del consejo de supervisión, el sucesor de Winterkorn, Matthias Müller, ofreció algunas respuestas en el diario “Frankfurter Allgemeine Zeitung” (FAZ).

La revisión de los vehículos afectados empezará en enero y se prolongará durante todo 2016, explicó Müller, para añadir que previsiblemente el número de autos afectados está por debajo de los once millones -la cifra facilitada hasta ahora por la empresa- aunque de todos modos “siguen siendo muchos».

Los gastos de la operación correrán a cuenta de la compañía y el consejero delegado de Volkswagen no descartó que los motores pierdan potencia.

Sin embargo, se mostró convencido de que es más importante cumplir los objetivos de emisiones que renunciar quizá a 3 ó 5 kilómetros por hora en la velocidad máxima.

Müller no aventuró cifras sobre el coste de esa reparación a gran escala, aunque teóricamente el consorcio ha reservado 6.500 millones de euros para esta operación -“somos prudentes, cada día nos aporta mayor claridad al respecto”, afirmó-.

Tampoco se pronunció respecto a la sanción de hasta 18.000 millones de euros que, según los medios, deberá pagar a la justicia de EEUU; “sólo conozco esa suma por la prensa”, señaló.   El objetivo principal del consorcio es recuperar la confianza de su clientela y de los inversores, indicaron tanto Müller, en la entrevista, como Pötsch, en su breve comparecencia tras su elección.

Lo inminente es organizar la revisión y subsanar los daños técnicos; en paralelo se investigarán las responsabilidades de lo ocurrido, lo que, para Müller, implica a un círculo relativamente pequeño de cargos de la compañía.

“Empezaremos a saberlo en unas semanas, a la luz de los primeros resultados de las comisiones investigadoras, internas y externas”, explicó, para insistir en que las altas esferas del grupo no tenían por qué estar al corriente de esa práctica.

«¿Cree realmente que el consejero delegado de un consorcio conoce la vida interna del software de sus motores?”, respondió, a una pregunta sobre Winterkorn, a quien se ha retratado como un perfeccionista que conocía hasta la última tuerca de cada modelo.

Sus explicaciones siguieron a la asamblea celebrada ayer en la sede central de VW, con asistencia de unos 20.000 trabajadores, ante la que Müller anunció una revisión completa de su plan de inversiones para hacer frente a las consecuencias financieras del escándalo.   Müller habló de medidas dolorosas, pero desde el comité de empresa se ha tratado de tranquilizar a la plantilla -590.000 trabajadores en todo el mundo, repartidos entre las doce marcas del grupo, incluidas VW, Skoda, Seat, Audi y Porsche- afirmando que por ahora no habrá recortes de personal.

La elección de Müller como sucesor de Winterkorn se interpretó en medios alemanes como un recambio interno, ya que lleva en las estructuras de la compañía más de 30 años.

Pötsch, apodado en VW como “el señor de las cifras” por su cargo de responsable de finanzas, fue un hombre de confianza de Winterkorn y su elección como presidente estuvo precedida por algunas críticas, ya que no está descartada cierta responsabilidad en el caso.

El presidente del consejo de supervisión sucede al exjefe del sindicato IG Metall Berthold Huber, quien asumió el puesto de forma interina hace unos meses por la retirada del patriarca, Ferdinand Piëch, en medio de un pulso por el poder con Winterkorn.