Nueva York. La jornada de hoy en Wall Street demostró el grado de inmunidad que tienen los mercados financieros de Nueva York, dando la sensación de que, a pesar de las tensiones geopolíticas de las últimas horas, se mantienen estables.

El siniestro del jueves en Ucrania de un avión con 298 personas a bordo y la escalada peligrosa en Oriente Próximo por el comienzo de la ofensiva terrestre israelí en Gaza parecen no haber hecho mella en Wall Street. Así, avanzaron todos los indicadores, con ganancias que, en el caso del S&P 500, fue la mayor diaria desde abril pasado, mientras que el Dow Jones estuvo cerca de alcanzar el récord que había logrado el miércoles pasado.

Ello a pesar de que, anoche, los analistas mostraban señales de preocupación, augurando algunos un “viernes negro” que podría echar para abajo las ganancias que, contra viento y marea, se han venido experimentando en las últimas semanas. Los analistas bursátiles comenzaron la jornada algo perplejos porque, a pesar de la tensión internacional, Wall Street avanzaba en verde, ignorando cualquier problema grave. Siguió así durante la jornada y, al final, terminó superando las ganancias iniciales.

Se dieron algunas explicaciones para este comportamiento, incluyendo la creencia de que Wall Street se ha convertido en una burbuja y que, en el fondo, si las empresas van bien y el mundo va mal en algunos lados, la reacción de los mercados es positiva.

Algunos apuntaron algo más concreto- si los separatistas prorrusos están detrás del supuesto misil que derribó el avión en Ucrania se generará una cadena de condenas que los hundirá moralmente y, a la larga, el conflicto se resolverá antes de lo esperado. Otros dijeron que Wall Street está acostumbrado a estos sustos y que el apoyo federal en política monetaria, las señales que hablan de una mejora de la economía en el segundo semestre y las ganancias de las empresas compensan las angustias que vienen de lejos. Porque, para los analistas, Wall Street no reacciona ante crisis pasajeras, sino ante la existencia de un conflicto armado extendido, más global, o por el impacto económico que pueda generar una crisis de naciones como Rusia, China o de otras más pequeñas como Grecia.

Sea como fuere, Wall Street no terminó hoy como un “viernes negro”, sino como claramente verde, a la espera de que los resultados trimestrales que se conozcan la semana próxima impulsen más un mercado que parece curado en salud ante muchos problemas.