Nueva York, EFE.- Wall Street cerró hoy una sesión sin pena ni gloria, después de la intensidad de las jornadas previas y con un avance, aunque pírrico, que permitió al selectivo S&P 500 alcanzar un nuevo récord.  

Este indicador, la estrella del momento, terminó con 2.000,12 puntos, con un avance de una décima de punto respecto al cierre del martes, ni siquiera suficiente para que la variación se moviera del 0,00 %.

La de hoy fue una jornada apática, o quizás se trató de un respiro después de la intensidad que se ha vivido en los últimos días, que llevó al S&P 500 a superar por primera vez los 2.000 puntos y al Nasdaq a alcanzar niveles no vistos en 15 años.

De bajo volumen, por las vacaciones de verano, la sesión de hoy no se vio afectada por datos macroeconómicos importantes o resultados de empresas relevantes, ni siquiera por crisis políticas externas que pudieran alterar los nervios de Wall Street.

Los comentaristas se preguntan si, después de tanta intensidad, al mercado le está llegando la época de un respiro. Sobre todo porque este fin de semana será largo, con festivo nacional el lunes próximo, y desde el 2 de septiembre el mercado recuperará el ritmo.

Pero, como en todos los mercados, no faltan agoreros que, disparando al aire o con una puntería más certera, aseguran que lo bueno se va a acabar, que la reacción del mercado va a ser drástica y que mejor será prepararse para lo malo.

“Aunque dé miedo, creo que podemos ver una corrección del 50 % al 60 %”, afirmó hoy la analista Abigail Doolittle al canal financiero CNBC. “Es difícil predecir cuándo, pero se espera mucha volatilidad”, agregó.

Otro analista, el presidente de la firma Prudent Bear Fund, David Tices, coloca entre el 30 % y el 60 % la “corrección” que puede tener el mercado, con niveles parecidos a la crisis de la burbuja tecnológica o a la financiera de hace seis años.

“Los árboles no crecen hasta el cielo”, sostiene. En las últimas semanas, Wall Street ha pasado del impacto negativo que causaron crisis como las de Ucrania y de Gaza a un entusiasmo que ha llevado a niveles máximos a los principales indicadores, a pesar del escaso volumen de operaciones.

El dilema es si se están acabando ya los tiempos del mercado alcista, o el “bull market”, según la terminología de Wall Street, para entrar a un mercado que juega más a la baja, o “bear market”, o si la transición entre los dos se puede prolongar aún más.

Pero cuando se toma el promedio del Dow Jones con un margen de 20 años, dice Doolittle, se comprueba que en los últimos 5 años “la tendencia del mercado alcista ha comenzado a revertirse».