Wall Street toma distancia de su desastrosa primera semana de 2016

Wall Street toma distancia de su desastrosa primera semana de 2016

Nueva York, EE.UU.- A Wall Street le sentó bien el descanso del fin de semana y pareció haber digerido este lunes la desastrosa primera semana de 2016 tomando algo de distancia y cerrando en territorio mixto y con el Dow Jones con una ligera remontada (0,32 %).

Los fantasmas de la bajada del precio del petróleo y el varapalo bursátil en Asia están lejos de desaparecer, pero parece que Nueva York quiere reponerse, una suerte de estabilización que también han vivido algunas de las principales bolsas europeas.   Algunos analistas apuntaban que el parqué neoyorquino, que protagonizó su peor inicio de año desde 2011 antes del fin de semana, necesita sentir que ya ha tocado fondo y mirar hacia el futuro.

Los operadores no lo tuvieron fácil para abstraerse de los factores negativos internacionales y domésticos y, quizá por ello, y aunque finalmente el Dow Jones salvó en verde la tendencia a la baja del resto de índices, la bolsa estuvo marcada por gran volatilidad antes de cerrar definitivamente en territorio mixto.

Un jarro de agua fría volvió a ser el barril de Texas, de referencia en Estados Unidos, que cayó un 5,28 % y cerró en 31,41 dólares, en niveles que no se veían en más de doce años.   Pero China tampoco ayudó.   Los inversores también siguieron con preocupación las noticias procedentes de China, donde sus principales bolsas volvieron a desplomarse hoy y Shanghái y Shenzhen acumulan caídas de entre el 15 % y el 20 % en lo que va de año.

El 2016 arranca complicado en terreno bursátil para EE.UU., y eso que aún las bolsas no parecen haber empezado a hacer cábalas electorales de cara al mes de noviembre, cuando el presidente del país, Barack Obama, deberá dar el testigo al futuro nuevo líder en la Casa Blanca.

Los mercados de Nueva York no lo tienen fácil para mirar con esperanza el nuevo año con la segunda economía del mundo en recesión, y amenazando con provocar un dominó mundial, y los precios del crudo, materia prima por excelencia para la economía estadounidense, en una caída que no vislumbra tope.

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