Walt Whitman, las flaquezas del béisbol mayor y el vía crucis de Pete Rose

Walt Whitman, las flaquezas  del béisbol mayor  y el vía crucis de Pete Rose

Durante más de un siglo y hasta hace algunos lustros, ser beisbolista profesional establecido en las Grandes Ligas significaba estar rodeado de un aura especial generadora de un gran impacto social. El célebre poeta Walt Whitman, autor de “Hojas de hierba”, llegó a decir que el béisbol estaba tan ligado a la tradición, la historia y las costumbres de los Estados Unidos como la Constitución de esa nación.

En estos días de bonanza económica y exorbitantes contratos, la imagen de la organización y de los peloteros está en su punto más bajo, como consecuencia del consumo fraudulento de esteriodes y anabólicos. En la lista de ex luminarias que se han visto involucrados en sonados casos se encuentran Mark McGwire, Barry Bonds, José Canseco, Rafael Palmeiro, Roger Clemens, y Sammy Sosa, quienes han recibido pocos votos para su ingreso al Hall de la Fama.

Pero los principales ejecutivos de las grandes ligas no están exentos de culpa por no tomar los correctivos a tiempo desde cuando se trataba de levantar el béisbol a toda costa tras la estremecedora huelga de peloteros en 1994, desatándose además las deslealtades mercuriales a la caza de agentes libres entre los dueños de equipos.

Un caso que llama la atención se refiere a Pete Rose, el más grande productor de indiscutibles de todos los tiempos con un fabuloso total de 4,256 hits. Recientemente el ex jugador hizo una solicitud formal al nuevo comisionado Rob Manfred, para que le sea levantada la suspensión de por vida que se le impuso luego de haber sido acusado en 1989 por apostar a favor y contra su equipo mientras se desempeñaba como manager de los Rojos de Cincinnati.

Siempre se dijo que Rose pecó de ingenuo en el acuerdo que arribó con el Comisionado de entonces Bart Giamatti, admitiendo que había apostado pero no contra su equipo, mientras que ese organismo, que se había comprometido a no seguir la investigación, cerrándole la oportunidad hasta hoy, de tener una hornacina en el Salón de los Inmortales.

Las gestiones del antiguo superastro por lograr la absolución de los siguientes comisionados Fay Vincent y Bud Selig fueron infructuosas, es decir, Pete en un esfuerzo que lleva más de veinte años, ha hecho todo lo posible en procura de obtener la indulgencia. Entre sus grandes reconocimientos se destaca su escogencia como Jugador de la Década de los 70 del pasado siglo en una encuesta entre escritores del béisbol de Norteamérica.

Para encontrar un castigo tan severo habría que remontarse a los tiempos de Kenesaw Landis, un antiguo juez federal, que fue el primer Comisionado de las Grandes Ligas desde 1920 hasta su muerte en 1944. Se le considera como la persona que logró el rescate de las ligas mayores por su autoridad.

Se le recuerda principalmente por su actuación ante el escándalo de los “Medias Negras” en la Serie Mundial de 1919, por asuntos relacionados a las apuestas. Luego de la inesperada derrota de los Medias Blancas en el clásico contra los Rojos de Cincinnati, ocho jugadores fueron expulsados de por vida acusados de entregar algunos juegos por dinero.

El más prominente de todos los afectados fue el extraordinario guardabosque Joe Jackson, llamado también “Shoeless Joe” (Descalzo Joe). Su promedio de 356 de por vida es el tercero más alto de la historia, solo superado por Ty Cobb y Rogers Hornsby. Su expulsión permanente le ha impedido su ingreso a Cooperstown.

El punto más negativo de Landis fue el mantenimiento de su indignante línea de separación y segregación de los jugadores negros en las mayores. Casi un año después de la muerte de Landis, Jackie Robinson fue firmado por los Dodgers, convirtiéndose en el primer jugador sepia en las mayores en el 1947.

Con respecto a la nueva petición de Rose, Rob Manfred podría anotarse un hit en su primera temporada como comisionado, dejando atrás esa draconiana penalización.

 

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