Washington De Peña – General J. P. Duarte

Washington De Peña – General J. P. Duarte

En el vortice de esta baraúnda política, donde estamos todos los dominicanos, resulta refocilarte un alto para hablar de Juan Pablo Duarte, creador de la República Dominicana y fundador de las fuerzas armadas nacionales.

Nació en Santo Domingo, el 26 de enero de 1813. A los 11 días fue bautizado en la iglesia de Santa Bárbara y cuando murió el 16 de julio de 1876 en Caracas, Venezuela, en su esquela mortuoria se escribe: «Ha fallecido el General Juan Pablo Duarte», es decir, el General J. P. Duarte, como gustó firmar, desde que en 1844, cuando lograda la emancipación de su país del yugo haitiano, escalara esa cumbre.

La carrera militar de Duarte estuvo íntimamente ligada a su idealismo, al temperamento ardoroso de su Ser y sobre todo a su accionar político.

Su primer contacto vivo con las fuerzas armadas lo tiene cuando cuenta tan solo nueve años de edad en 1822, en la ocasión en que el presidente haitiano, Jean Pierre Boyer, aplasta al Haití Español del Doctor Núñez de Cáceres y obliga toda la población de la capital a presenciar un desfile militar por la calle El Conde. El ejercito haitiano marcha ataviado con el mismo uniforme usado por la Gran Armada de Napoleón Bonaparte, a la que había derrotado, pero que imitaba al calco y al hombro, las armas abandonadas por los restos de los vencidos por la fiebre amarilla y la guerrilla inclemente.

Siete años mas tarde marcha a estudiar. Va a Estados Unidos. Inglaterra. Francia y España. No mas que al salir, el Capitán Harada, patrón del bergantín George Washington en que se aleja, le ofende. Le llama paria. Esclavo de antiguos esclavos. Sin orgullo y otras lindezas por el estilo. Eso lo marca y jura esa misma noche, según confiesa luego, dedicar como lo hizo su vida entera, a la reivindicación de su patria herida y sojuzgada.

Entre tres y cuatro años pasa en playas extranjeras, pero se prepara a la laucha. Estudia con ahínco. Filosofía y letras. Ciencias políticas. Táctica y estrategia militares. Teneduría de libros. Es ganado por el romanticismo en boga y abruptamente regresa al lar nativo.

Su primera manifestación de intenciones la hace al llegar. En la fiesta de bienvenida, anuncia su determinación de implantar entre los suyos la lucha por los fueros y libertades constitucionales que vivió en Barcelona en su estancia en el mediterráneo.

¡Y lo hizo!.

Visionario como lo era, se da cuenta de que su proyecto de idependencia necesita de un brazo armado y que esta para triunfar debe estar entrenado. Así, ingresa en la Guardia Nacional Haitiana. Su instrucción le permite llegar con el grado de cabo. Es el año de 1834, tiene 21 años de edad. Muchos de sus contemporáneos ya están en la Guardia Nacional por paga, cosa esta que los hace miembros del Ejercito Haitiano y otros sin paga, que fungen de algo así como policías en sus parroquias. Él es de los últimos.

Ahí se mantiene hasta 1842. Son ocho años de continuo forcejeo y batallar. Simulando. Al acecho, porque en la mañana de julio 16 de 1838, brota la flor política y nace la Sociedad Secreta Trinitaria, en el nombre de Dios Patria y Libertad, de la que resulta su presidente y ese mismo DIA por la tarde es nombrado a unanimidad, Director General de la Revolución y General en Jefe de los Ejércitos Revolucionarios. De inmediato actúa y nombra 9 Coroneles, núcleo de donde se desprende todo el grueso de la fuerza independentista.

Así las cosas, es un cabo de la Guardia Nacional, que al mismo tiempo es General en Jefe del Ejercito en formación de una nueva republica.

En 1842, asciende a capitán en su carrera académica. Entonces tiene su bautismo de fuego en la Plaza de Armas. Se enfrenta al Ejercito de ocupación y es derrotado. Dos días después regresa mejor armado y acompañado y triunfa. Catapultado por su olfato político, la Reforma que derrota a Boyer en Praslin, le asciende a Coronel y Jefe de la Guardia Nacional, así como miembro de la Junta Provisional. No dura en el puesto. Sus actividades revolucionarias le delatan y es destituido y extrañado del país.

Hecho realidad su sueño de patria, regresa siete meses después y su grado de General de Brigada es conferido entonces por la Junta Gubernativa Provisional.

Solo seis meses después, el General J: P. Duarte es proclamado Presidente de la República Dominicana, cosa que no acepta por evitar una lucha fratricida. Como consecuencia es apresado y enviado de nuevo al exilio.

Ciento cincuenta años más tarde, el Poder Ejecutivo de la República Dominicana que él creara, ejercido por Joaquín Balaguer, le asciende a General del Ejército Dominicano.

¡Salve, Oh Padre de la Patria!

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