Cuando vea la luz este artículo, es probable que corra en el Congreso Nacional la discusión de la Ley del voto presidencial preferencial, sofisma con el que se sustituye el título de la ley de L E M A S. Y hasta podría estar aprobada, aunque no promulgada. Y solo por cuestión de fechas.

En la ocasión, el tema de marras salta sobre el tapete, desde el coleto cultural del grupo de candidatos perredeístas aplastados por su colateral PPH, haciendo honor a la verdad pragmática, de que «No hay peor cuña que la del mismo palo».

De ellos, dos son lo suficientemente viejos para recordar, porque actuaron en ello, que lo que ocurre hoy en el PRD, es fruto tardío de la semilla de discordia que sembraron Juan Bosch y ╡ngel Miolan en la generosa tierra dominicana cuando trajeron a cuestas la semilla perredeista, infectada desde su hechura, de divisiones y antagonismos que sobrevivieron al crecimiento lozano de un árbol que prendieran con etiqueta de libertad.

Los frutos cosechados a lo interno no maduraron por ser emasculados.

Ambas artífices de tanta inquina, pagaron el precio. El acíbar acompañó su existir.

Para confirmar estas aseveraciones tan antipáticas, no hay mas que revisar la carpeta de las relaciones de Bosch y de Miolan, entre ellos y con el exilio dominicano durante la Era de Trujillo, incluso con sus mejores amigos y luego con la exigencia de genuflexión que impusieron, so pena del desfase, a la grey que se les entrego a su regreso a la patria, que les esperaba, repletos de bonanza espiritual.

Aquellas lluvias trajeron estos lodos.

En su desafine innato, el PRD injuria una vez más a su pueblo, pero a todo el pueblo dominicano.

Propone en el Congreso Nacional una modificación a la Ley Electoral que lleva implícito un desconocimiento de la Constitución de su país.

El desprecio manifiesto por la candidez del votante nacional, los panegiristas del improperio de marras, lo envuelven en la producción de artículos y declaraciones públicas ininteligibles para el vulgo, porque sucede que la ley de Lemas, con su nombre o con otro, produce un «dicosoi» en nuestros votantes, campesinos en sus dos terceras partes. Esto se explica porque no importa que se viva abrigado por la pared de «mariología» o de una verja del parque industrial o en los cartones o, ¿por qué no?, en los multi; nuestros campesinos, injertados en la ciudad, siguen siendo del campo y como tal crían y educan su descendencia, que, cosa natural, se decanta con el tiempo. Y esos no tienen acceso a los periódicos y si los leen, no pueden entender procesos tan complicados.

Lema quiere decir partido político. Pasión. Fanatismo. Entrega. Esperanza. Vida. Patriotismo. Vergüenza. Herencia. Tradición.

Sub lema es: Candidatura. Clientelismo. Oportunista. Demagogia. Es comportarse como los depredadores, con cautela y simulación.

Ser el Candidato de un partido político es un honor ganado en lucha abierta y descarnada, por tanto implica ello un compromiso con reglas que marcan la conducta de la colectividad y el deseo y la obligación de servir con idoneidad. Es señalar el interés por la política sobre el beneficio del cargo.

El hecho de que muchos no cumplan su deber, descalifica al individuo, no la idea.

Juan Pablo Duarte, el Padre de la Patria, es quien mejor lo expresara. Dijo: «La política no es una especulación; es la ciencia más pura y la más digna después de la Filosofía de ocupar las inteligencias nobles».

Los que engañan al pueblo diciendo que las elecciones del 2002 funcionaron con esa regla, olvidan que todos recordamos que las primarias fueron brutales y que hoy hay honorables diputados que llenaron su Curul con la astronómica suma de 1100 votos. Juro que escribí bien, un mil cien votos.

Respetemos la ley y la Constitución, sobre todo en este mes de Duarte, para que no tengamos que repetir con él: «Nunca me fue tan necesario como hoy, tener salud, corazón y juicio, hoy que hombres sin juicio y sin corazón conspiran contra la salud de la patria».

Recordad Los Tupamaros y Los Montoneros.