Washington niega forzara renuncia líder haitiano

Washington niega forzara renuncia líder haitiano

WASHINGTON (AP).- El gobierno y los militares estadounidenses negaron el lunes las versiones de que ellos secuestraron al presidente haitiano Jean Bertrand Aristide y lo obligaron a huir de su país.

El portavoz presidencial Scott McClellan dijo que tales denuncias son «un disparate. Las teorías de conspiraciones no hacen nada para ayudar al pueblo haitiano a avanzar a un futuro de libertad y prosperidad».

Por su parte, el secretario de Defensa Donald H. Rumsfeld estimó que entre 1.500 y 2.000 soldados estadounidenses serán emplazados en Haití durante «un periodo relativamente corto». Participarán en una fuerza interina, que podría incluir hasta 5.000 efectivos de varios países, quienes no saldrían del país caribeño sino hasta la llegada de una fuerza de paz de la ONU.

Rumsfeld y el secretario de Estado, Colin Powell, también negaron las acusaciones de que Estados Unidos había obligado a Aristide a abandonar el poder.

En una conferencia de prensa en el Pentágono, Rumsfeld dijo que participó en las gestiones previas a la partida de Aristide, «y la idea de que alguien fue secuestrado es contradictoria con todo lo que vi».

«No creo que sea cierto, que (Aristide) afirme eso», dijo Rumsfeld. «Me sentiría absolutamente asombrado si ese fue el caso».

De la misma forma, Powell indicó que Aristide subió al avión por voluntad propia.

Un activista afro-estadounidense dijo que Aristide le dijo el lunes en una conversación telefónica que fue secuestrado a punta de pistola por soldados de Estados Unidos y derrocado en un golpe de estado organizado por Washington. Aristide dijo que estaba cautivo en el Palacio Renacimiento, en Bangui, en la República Centroafricana, dijo el activista, Randall Robinson.

El legislador demócrata Charles Rangel dijo a la cadena CNN que la mañana del lunes, cuando habló con Aristide, el líder exiliado le dijo que la comunidad internacional lo abandonó, «que fue secuestrado, renunció bajo presiones y fue llevado a un país del centro de Africa».

Otra legisladora demócrata, Maxine Waters, dijo a la misma cadena que conversó por teléfono con la esposa de Aristide, Mildred, quien dijo que el presidente fue «obligado a abandonar su casa». Waters añadió que un funcionario de la embajada estadounidense le dijo a Aristide que «tenía que irse, que en caso contrario, él y muchos haitianos morirían».

Powell dijo escuetamente: «El no fue secuestrado. No lo obligamos a subir al avión. El subió al avión por su propia voluntad».

McClellan dijo a reporteros que Aristide salió por su cuenta. «Tomamos medidas para proteger a Aristide y su familia para que no sufriesen daños cuando salieran de Haití», dijo.

Agregó que los asesores de Aristide habían tenido contacto el sábado con el embajador estadounidense, y le preguntaron si el presidente recibiría protección de Washington si renunciaba. El embajador consultó con Washington, llamó luego a los asesores y les dijo que si Aristide dejaba el poder, Estados unidos «facilitaría su salida».

[b] «Así lo hicimos», dijo McClellan. [/b]

Estados Unidos hizo los arreglos para que un avión volara hacia Haití y recogiera a Aristide, añadió. Explicó que la aeronave llegó aproximadamente a las 4:30 al aeropuerto de Haití, y Aristide la abordó en compañía de sus guardias de seguridad.

Sobre si Aristide había salido por su propia voluntad, McClellan dijo: «Sí».

Entretanto, el general Richard B. Myers, presidente del estado mayor conjunto, dijo que entre 800 y 1.000 haitianos habían regresado a su país en días recientes, después de ser interceptados mientras huían de su país en embarcaciones.

Aparentemente, Aristide reconsideró su decisión inicial de no dimitir, tras enterarse el fin de semana de que Estados Unidos no lo protegería, dijo un funcionario del gobierno norteamericano, quien solicitó permanecer en el anonimato.

Algunos guardias de seguridad de Aristide preguntaron a la embajada estadounidense en Puerto Príncipe, el sábado, si podían contar con la protección norteamericana en caso de que los rebeldes atacaran el palacio presidencial, señaló el funcionario. La respuesta fue que Aristide no recibiría esa protección, según la fuente.

Powell llamó al ex legislador demócrata Ron Dellums, contratado por Aristide para realizar labor de cabildeo en Washington, dijo el funcionario. El secretario de Estado le dijo que la Casa Blanca no tenía planes de proteger a Aristide.

A la 1:30, la consejera en seguridad nacional Condoleezza Rice llamó al presidente George W. Bush para informarle que Aristide renunciaría, dijo McClellan. Bush llamó luego a Rumsfeld para autorizar el despliegue de los infantes de marina.

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