No es el Consenso de Washington lo que ha fracasado, el asunto es más complejo. Lo que ha fracasado es la movilización mundial de capital, que ha desatado la peor crisis financiera internacional conocida desde 1929/30, cuando el crédito en los Estados Unidos representaba 2.3 por ciento del PIB y ahora 4 veces. Lo que ha fracasado es el capitalismo conviviendo con mercados de divisas, de crédito y de bienes volátiles; es el sistema de fórmulas de cobertura de riesgo; es el FMI como institución de equilibrio, y no solo porque no pudo anticiparse a la crisis financiera internacional, tampoco ha sabido enfrentarla; es el dólar como moneda de reserva lo que ha fracasado.

Esta crisis no supera la de 1929/30. En riqueza y en productos corrientes, los norteamericanos han perdido la tercera parte (US$4 trillones) del PIB, el desempleo está en 8.3 por ciento y abrumadoras son las pérdidas del mundo en producto (se estima en US$60 trillones) y en empleo. En 1933 el desempleo era de 25 por ciento de la fuerza de trabajo, 13 millones de personas, hasta 1941 el PIB corriente norteamericano fue menor al de 1929, es decir, las pérdidas acumuladas fueron enormes. La diferencia, sin embargo, está en la manera como se enfrento la crisis; hasta ahora se ha inyectado más de un billón de dólares para restablecer el crédito, mientras en la crisis bursátil de 1929 los financieros, y no el gobierno, ayudaron con un monto estimado entre US$20 y US$30 millones, suma que no fue superior porque J. P. Morgan había muerto.

Desde 1870 y hasta 1914 y bajo el patrón oro, la Libra Esterlina había sido la moneda de reserva por varios motivos: las exportaciones del Reino Unido eran dominantes; Londres tenía el mejor centro financiero del mundo y el Banco inglés ejercía de prestamista de última instancia para equilibrar la balanza de pagos mundial. Cuando la crisis de 1929/30, Londres no ejercía el papel, porque no podía, pero tampoco los Estados Unidos estaban en eso a pesar de que le correspondía; era el poder mundial.

Parece que se repite. Ahora, en el G-20, los Estados Unidos tiran la toalla, se conforman con prohibir paraísos fiscales, establecer nuevos controles y capitalizar el FMI, insuficiente para enfrentar las raíces de la crisis. Si no ejercen el liderazgo mundial, el dólar no podrá continuar como moneda de reserva.