“Se trata de libertad económica” y ofrece “estabilidad”, enunció Diana Ramírez, al celebrar el inesperado triunfo de la “Iniciativa 77” en elecciones locales de Washington, que defiende aumento progresivo del salario mínimo hasta US 15 la hora. Frente a ello, Frank Mills, camarero en el Jack Rose Salon, lamentó que el “impacto del resultado se sentirá como un terremoto en una ciudad con 30,000 trabajadores que cobran propinas”.
Ramírez, codirectora del grupo Restaurant Opportunities Center United, impulsor de la propuesta, y Mills son las dos caras de la batalla legislativa que marcó las elecciones primarias este martes en Washington y generó agitados debates en las barras de los bares de la ciudad. La industria y sus clientes esperaban expectantes el resultado de la consulta. El negocio de la hostelería en EEUU se sustenta en gran parte en ellas- un acuerdo tácito que estipula que los clientes dejarán al menos 15 % adicional a la factura para compensar al trabajador, que complementa su escaso salario base gracias a estas aportaciones, libres de impuestos.