WELLNESS LETTER
El maravilloso té: verde, rojo y negro

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En estos días, el té verde es una opción probable de las personas que buscan beneficios para su salud en las bebidas. Sin embargo, investigaciones recientes indican que cualquier té es bueno para usted, siempre que provenga de la hoja de la Camellia sinesis, como té verde, negro o rojo.

Los “té de hierbas” son otra cosa totalmente distinta: no es muy probable que alguno de ellos contenga la magnífica combinación de sustancias químicas que promueven una buena salud, presentes en el té tradicional, que pueblos enteros han estado consumiendo durante miles de años.

Vamos a darles alguna información general. Lo que fue antaño un cultivo estrictamente de Asia, ahora crece en las áreas montañosas de América del Sur, África y Turquía. Pero en todos los casos se trata de la misma planta. Que resulte negro, “oolong”, o verde” depende del proceso. Para hacer té verde, las hojas se someten al vapor, se enrollan y secan. Esto evita que se oxiden, porque se desactivan ciertos químicos que contienen las hojas. El té rojo (oolong) y el negro se dejan secar parcialmente, se trituran, se mantienen a una temperatura y humedad controladas para provocar la fermentación, y después se secan totalmente. “Fermentar” en ese contexto significa “oxidar” o dejar ennegrecer; esto se produce cuando los químicos de las hojas reaccionan al calor. La diferencia entre los tés negro y rojo es que los tés negros se fermentan por más tiempo. De ahí los sabores distintivos, y las propiedades químicas de cada tipo de té. El té verde es el favorito en Asia, mientras que el negro se prefiere en Europa y las Américas. 

Los elementos químicos que hacen del té un protector potencial de la salud son los polifenoles; estos pueden tener efectos anti-cancerígenos, además de beneficios para el corazón. Aunque una vez se pensó que el té verde que contenía más polifenoles, resulta que el té negro tiene la misma cantidad. Los polifenoles en ambas variantes tienen actividad anti-oxidante; esto es, ayudan a desactivar los radicales libres que dañan las células. En verdad, lo que estos antioxidantes en el té hacen en el organismo humano está por determinarse.

Los poderosos polifenoles

Los polifenoles del té parecen operar en formas diversas: por ejemplo, detienen el daño que los radicales libres generan en las células, neutralizando enzimas esenciales para el crecimiento de tumores, y desactivando promotores del cáncer. Pero la mayor parte de estas evidencias vienen de los estudios de laboratorio -en tubos de ensayo y con animales. Quizás los mismos beneficios se produzcan en los humanos; quizás no. Un estudio con 35,000 mujeres post-menopáusicas encontró que consumir al menos dos tazas de té al día reduce el riesgo de cáncer en los tractos digestivo y urinario. Generalmente, sin embargo, los estudios de los efectos del té en humanos han arrojado resultados contradictorios. Es posible que el té proteja contra el cáncer solo en personas que: a) lo beben en cantidades enormes y b) tengan alto riesgo de cáncer porque llevan una dieta deficiente.

La evidencia de que el té protege contra las enfermedades cardiacas no es tan firme. En algunos estudios de laboratorio, los investigadores han encontrado que los polifenoles ayudan a prevenir la coagulación de la sangre y baja los niveles de colesterol. Y hay algunas pruebas de que beber té está asociado con un riesgo reducido de ataques al corazón. Pero es demasiado temprano para recomendar el té como una vía para evitar los ataques cardiacos. También hay pruebas de que el té puede ayudar a evitar la artritis. Pero, obviamente, muchos bebedores de té padecen artritis.

Recuerde esto 

Después del agua, el té es la bebida que se más consume en el mundo. Por eso, mientras que el té puede ser saludable, está claro que no es una panacea. El cáncer del estómago, por ejemplo, sigue siendo el asesino principal en China y Japón,  donde se consume la mayor cantidad de té verde.

Sin embargo, siguen aumentando las evidencias de que el té sí tiene beneficios para la salud. Piense en él como un apoyo para una dieta saludable y un ejercicio físico regular adjunto, además de otros buenos hábitos para mantener una buena salud -no como una pócima milagrosa que lo mantendrá perfectamente bien por sí solo. Por ejemplo, si usted fuma, sepa que el té no lo va a proteger de los peligros asociados a ese mal hábito.

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