La subsecretaria de Estado de los Estados Unidos, Wendy Sherman, visitó al país el pasado miércoles, y durante su agenda incluyó reuniones con el presidente Luis Abinader y otros funcionarios del gobierno dominicano.

Dentro de su transcurso, la funcionaria estadounidense visitó la Zona Colonial en compañía de la alcaldesa del Distrito Nacional, Carolina Mejía, donde abordaron diferentes temas, entre ellos el valor histórico que posee nuestra ciudad y sus atractivos turísticos.

Sherman se refirió al país como una vitalidad y un turismo fabuloso; al ser visitado por 3 millones estadounidenses cada año, además de los casi 300,000 estadounidenses que viven de forma permanente en la República Dominicana.

Puede leer: El Gobierno apuesta a la transformación desde la innovación

Tengo que decir que. en enero pasado, a raíz de la Feria Internacional de Turismo (Fitur), realizada en Madrid, España, elaboré el artículo: “El significado de Fitur para la República Dominicana”, ya que más del 56 % de las cadenas hoteleras que hay en el país son de inversionistas españoles.

En esta oportunidad, valoro las declaraciones de la señora Sherman, pues los Estados Unidos representan el mayor número de clientes para el turismo nacional, con una llegada promedio del 32 % durante el 2022, seguido por Canadá con un 16 %, lo que indica que el 48% de los turistas que vinieron al país provienen de América del Norte.

Como destino, hemos demostrado madurez, y el esfuerzo del Gabinete de Turismo ha dado sus resultados, pues la recuperación basada en una estrategia que para muchos fue arriesgada, hoy ha dado sus frutos.

La industria turística representa el 15 % del PIB en la República Dominicana, por eso reitero mis felicitaciones por los reconocimientos que ha recibido el Gabinete de Turismo, encabezado por el presidente Abinader y el ministro David Collado.

Debemos seguir apostando hacia el fortalecimiento de la denominada «industria sin chimenea», ofertando nuestro destino que posee múltiples polos turísticos, con un gran catálogo de atractivos, ya que nuestras playas, ríos y montañas son las riquezas que Dios nos proporcionó en la naturaleza.