En 1974, un hoy olvidado Freddie Brown (no ayuda que su número retirado con los SuperSonics no esté visible en Oklahoma City) anotaba 58 puntos para Seattle ante los Warriors de Rick Barry.
43 años después, con la franquicia en Oklahoma City, Russell Westbrook igualó la máxima anotación de la historia del equipo.
Pero la proeza del base, en un momento individual espectacular, acabó siendo insuficiente ante unos Blazers que se llevaron el partido por 121-126.
Desde Michael Jordan en 1987, ningún jugador había alcanzado los 58 puntos de Russell Westbrook en un partido sin prórroga, y había salido con el sabor amargo de la derrota.
El base volvió a echarse al equipo a la espalda, con un 21/39 en tiros de campo, además de 9 asistencias y 3 robos de balón.
El recuperado Victor Oladipo (16 puntos) ayudó con un 4/5 en triples tras casi tres semanas de baja por lesión, pero la defensa de los Thunder no pudo contener a Portland.
Con un baloncesto más colectivo (7 jugadores pasaron de 10 puntos), los Blazers se repusieron a un parcial de 30-16 de los Thunder primero de la mano de C.J. McCollum (21 puntos) y un sólido banquillo liderado por Allen Crabbe (23 puntos), y posteriormente de Damian Lillard (22 puntos y 8 asistencias).
El equipo de Terry Stotts encontraba de forma constante la respuesta a los arrebatos de furia y talento de un Westbrook desatado.
Pero por mala fortuna para Westbrook el Thunder se enfrentó a los Blazers que están jugando bastante bien.