White Sox & Houston exhiben lujosas rotaciones

White Sox & Houston exhiben lujosas rotaciones

CHICAGO, EEUU, (AFP).- Los Medias Blancas de Chicago y Astros de Houston irán en busca de un sueño largamente acariciado, cuando hoy protagonicen una inédita Serie Mundial de béisbol de resultados imprevisibles, llena de jugosas historias paralelas que tanto atraen a la afición. La última vez que los Medias Blancas estuvieron en un «Clásico de Octubre» fue en 1959, cuando jugaban sólo 16 equipos, no se conocían aún los «inventos» de los boletos comodines y los bateadores designados, ni tampoco los Astros de Houston.

Resulta muy difícil encontrar vivo a un testigo de la última vez que los «patiblancos» ganaron una Serie Mundial, en 1917, cuando derrotaron en cuatro juegos a los entonces Gigantes de Nueva York.

Desde entonces, y en camino a la clasificación para el Clásico del 2005, los Medias Blancas han pasado por muchos infortunios, incluido el de otoño de 1919.

Ese año el equipo pasó a ser conocido como los Medias Negras de Chicago, luego de que ocho jugadores fueran suspendidos de por vida por arreglar los partidos de esa Serie Mundial.

Desde entonces cayó sobre la franquicia una maldición que les impidió ganar un título, pese a los numerosos cambios en los diseños de los uniformes y en los nombres del estadio sede.

Muchos en Chicago aseguran que fue el manicher venezolano Oswaldo ‘Ozzie’ Guillén el hombre que supo exorcizar los demonios ancestrales.

En ausencia de superestrellas millonarias que se echaran encima al equipo, y a la afición, Guillén optó por regresar a las raices del béisbol.

Bajo su mando, los Medias Blancas actualizaron las mismas armas que les llevaron a la conquista de su único anillo hace 88 años, como fueron la velocidad en las bases, los toques de bola, cerrada defensa del cuadro y los jardines, pitchers capaces de lanzar los nueve innings y relevistas eficientes.

Con esos elementos, Chicago fue dejando en el camino a rivales supuestamente favoritos como Medias Rojas de Boston -campeones del pasado año-, y Angeles de Anaheim, hasta anclar en esta Serie Mundial.

Con una cuarteta de abridores de lujo formada por el venezolano Freddy García, el cubano José Contreras, Jon Garland y Mark Buehrle, los Medias Blancas esperan batir a los Astros.

No por gusto esos cuatro hombres caminaron la ruta completa en los últimos cuatros juegos, algo que no se veía desde que en 1956 los Yankees ligaron cinco triunfos seguidos.

«Creo que la clave de esta serie será el pitcheo», puntualizó Guillén.

Además, el mentor venezolano ha llevado al terreno la picardía de que hizo gala cuando fue estrella en las Grandes Ligas, y para ello se ha apoyado en los ocho jugadores latinos que tiene en su nómina.

Empero, la tropa de Houston no se queda atrás y mete miedo con un pitcheo encabezado por el legendario Roger Clemens, quien a sus 43 años y siete premios de pitcheo Cy Young parece poco menos que invencible, respaldado por el zurdo Andy Pettitte, Roy Oswalt y Brandon Backe.

Los Astros nunca habían llegado a una Serie Mundial desde que nacieron como franquicia el 17 de octubre de 1960, precisamente en una reunión de dueños de equipo realizada en Chicago.

Bautizados primero como los Colt 45s de Houston, navegaron en la intrascendencia hasta que en 1965 pasaron a ser los Astros de Houston, cuando estrenaron el impresionante Astrodome, denominada entonces por la prensa americana como «la octava maravilla del mundo».

Los Astros cuentan con seis jugadores latinos en su nómina, aunque ninguno en papel protagónico.

Además de su pitcheo, basan sus esperanzas en una ofensiva despiadada y oportuna, encabezada por los veteranos Craig Biggio y Jeff Bagwell, quienes han hecho toda su carrera con este equipo.

«Finalmente la suerte empieza a sonreirnos», dijo Biggio, un jugador de 39 años que debuta en Series Mundiales.

Los abridores del primer partido en estadio U.S.Cellular Field de Chicago, serán Clemens, por los Astros, y el cubano José Contreras, quien se estrena en un «Clásico de Otoño».

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