Wicksell  y el “Nuevo Consenso”

Wicksell  y el “Nuevo Consenso”

La conclusión de la teoría de Knut Wicksell (1851-1926) expresa que debido a que un cambio del nivel de precios es una medida del desbalance entre una tasa natural de interés, exógenamente dada, y la tasa de interés de préstamo bancario, entonces el banco central puede contrarrestar cualquier proceso inflacionario o deflacionario mediante un cambio apropiado de la tasa de interés bancaria. Esta es una concepción que está enraizada en la nueva visión de la política monetaria.

En efecto, si dejamos fuera el rol de los retardos y las expectativas, el “Nuevo Consenso” de política monetaria se puede representar por tres relaciones básicas: primero, la brecha entre el producto real actual y el producto potencial depende de dos factores, de la brecha entre la tasa de interés real de préstamos y la tasa de interés natural (y, vía Wicksell, entre el ahorro y la inversión) y de un conjunto de subfactores como la política fiscal y las exportaciones que ahora no consideraremos relevantes; segundo, los cambios de la tasa de inflación dependen de la brecha del producto; y tercero, una representación de la estrategia de política monetaria donde la brecha entre la tasa de interés real y la natural, depende de la diferencia entre la tasa de inflación corriente y la meta de inflación del Banco Central.

El conjunto de estas tres relaciones básicas resumen la nueva política monetaria: Dada la rigidez de precios en el corto plazo en la economía, al cambiar la tasa de interés nominal de corto plazo de política monetaria (tasa de remuneración o la interbancaria), los bancos centrales pueden llevar la tasa de interés de préstamos bancarios (que se determinan por un margen estable sobre la tasa de política) a su nivel natural.

En ese caso, la primera relación muestra que la brecha del producto será nula. Esto significa que por la segunda relación la tasa de inflación será constante (estable) e igual a la tasa de inflación meta (tercera relación).

La tasa de inflación no es más que una variable que resume el estado actual de la economía con relación a su posición de largo plazo: esto es, la diferencia entre el producto actual y el producto potencial, entre la tasa natural de interés y la tasa de préstamo negociada, entre la inversión y el ahorro. A través del mecanismo de transmisión de la tasa de interés, la política monetaria puede influir en el corto plazo sobre la tasa de interés real de préstamos bancarios, el producto real y la inversión.

Pero, afirma el “Nuevo Consenso”, en el largo plazo la política monetaria no influye sobre la economía real: los cambios inducidos en la demanda agregada no afectan ni al producto potencial, ni a la tasa natural de interés, ni al ahorro. Estas son variables determinadas del lado de la oferta de la economía por factores como el crecimiento de la oferta de trabajo, la tecnología y el stock de capital.

El enfoque postkeynesiano de la política monetaria será analizado en mi próximo artículo.

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