WikiLeaks publicó ayer miles de documentos descritos como archivos secretos sobre las herramientas de espionaje cibernético de la CIA que emplea el gobierno para ingresar ilegalmente a computadoras, teléfonos móviles e incluso televisores interactivos de compañías como Apple, Google, Microsoft y Samsung.
Los documentos describen métodos clandestinos para superar o violar encriptación, herramientas antivirus y otros dispositivos de protección de seguridad diseñados para mantener segura la información privada de ciudadanos y corporaciones. Empleados del gobierno federal, incluido el presidente Donald Trump, utilizan muchos de esos mismos productos y servicios de internet supuestamente violados por las herramientas.
Los documentos describen esfuerzos de la CIA —en cooperación con gobiernos extranjeros amigos y con la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos— para ingresar ilegalmente a las plataformas tecnológicas más populares del mundo, incluyendo los iPhones y iPads de Apple, los teléfonos Android de Google, y el sistema operativo Windows de Microsoft para computadoras de escritorio y portátiles. Los documentos incluyen también discusiones sobre alterar algunos televisores conectados a internet para convertirlos en estaciones de escucha. Un documento habla sobre hackear sistemas de vehículos e indica el interés de la CIA en hackear automóviles modernos que tienen a bordo computadoras complejas.
WikiLeaks tiene un largo historial de publicar documentos gubernamentales secretos, y expertos que tamizaron el material dijeron que parece auténtico. El legislador republicano Devin Nunes, presidente de la Comisión de Inteligencia, dijo que estaba muy preocupado por la difusión de los documentos y que había solicitado a la comunidad de Inteligencia más información al respecto.
Mike Hayden, exdirector de la CIA, dijo a MSNBC que sólo había realizado una revisión apresurada de los documentos, pero que si son lo que pretenden ser, representaría “un muy extenso archivo de las tácticas, técnicas, procedimientos, objetivos y otros lineamientos políticos” bajo los cuales la CIA hackea objetivos. “Si es así, sería muy, muy perjudicial”, señaló. Jonathan Liu, un portavoz de la CIA, expresó: “No hacemos comentarios sobre la autenticidad o el contenido de supuestos documentos de inteligencia”. El vocero de la Casa Blanca Sean Spicer también se negó a comentar.