WikiLeaks y el
gobierno de Obama

WikiLeaks y el <BR>gobierno de Obama

Al escribir este artículo apenas comienza a conocerse la información que contiene los documentos filtrados a WikiLeaks y los efectos que tendrán en la diplomacia estadounidense y en la política internacional. Lo que sí es claro desde ya es que Barack Obama no necesitaba ese dolor de cabeza en estos momentos.

Desde que llegó a la Casa Blanca, Obama ha enfrentado una secuencia de eventos que han debilitado su gobierno y reabrieron rápidamente un espacio para la recomposición de la derecha.

Primero fue el paquete de estímulo económico de principios de 2009, necesario para motivar la reactivación económica, pero etiquetado por los republicanos como una muestra de gastos excesivos del gobierno.

A eso le siguió el rescate de la industria automovilística que los republicanos también etiquetaron como gasto excesivo e injerencia del gobierno en el sector privado.

Así fue incubándose el llamado Tea Party, que ha sido crucial para la recomposición republicana y su triunfo en las elecciones de medio término del pasado 2 de noviembre.

Luego vino la reforma de salud. Mientras los demócratas pasaron meses debatiendo la ley y atacándose entre ellos en el Congreso, los republicanos mostraron unidad de ataque contra los demócratas en el llamado Obamacare, término peyorativo utilizado por la derecha para referirse a la reforma de salud. La oposición a esta ley también contribuyó a la expansión del Tea Party y la resurrección republicana.

El proceso de debilitamiento demócrata se concretó con el triunfo republicano en las elecciones de medio término; ganaron la mayoría en la Cámara de Representantes y nuevas posiciones en el Senado.

Después del mea culpa de Obama ante la derrota electoral, la Casa Blanca se preparaba para una estrategia de recuperación política enfocada en el mejoramiento de la economía, con miras a la reelección del Presidente en el 2012. Ahora las revelaciones de WikiLeaks desvían las energías del gobierno hacia el control de los daños.

Puede argumentarse que WikiLeaks hace un favor a la transparencia política con la revelación de los documentos, o que los documentos obligarán a mayor transparencia gubernamental; o por lo menos, que revelarán el intríngulis y hasta bajeza de la política internacional con Estados Unidos como actor principal. Quizás.

Pero pienso que el efecto político seguro de estas revelaciones será un mayor debilitamiento del ya debilitado gobierno de Obama, y un reforzamiento del discurso conservador ya reforzado por los eventos antes señalados.

Después de haber desacreditado el gobierno de Obama con el paquete de estímulo económico y la reforma de salud, el próximo paso republicano es presentar a Obama como débil e incapaz a nivel internacional. La filtración de informaciones a WikiLeaks ofrece leña para aumentar las llamas de ese fuego opositor.

Aún se desconoce la magnitud de las consecuencias, positivas o negativas, de las informaciones que revelarán los documentos. En general, la tendencia fuera de Estados Unidos será utilizar las informaciones que ofrezca WikiLeaks para criticar la política imperial norteamericana de múltiples formas.

Dentro de Estados Unidos, los documentos revelados servirán fundamentalmente para que los republicanos critiquen el gobierno de Obama y lo presenten como ineficaz para proteger la seguridad del Estado y la población.

Las dos caras principales del Partido Demócrata se verán afectadas: el Presidente y la Secretaria de Estado.

Las opciones políticas para el gobierno de Obama no serán entre mayor o menor transparencia en la información, sino entre grados de no transparencia para dar muestras de control sobre el aparato estatal y la diplomacia, y contener el torrente de críticas republicanas que no se han hecho esperar.

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