Willy Chirino presentará concierto
en La Marina Casa de Campo

Willy Chirino presentará concierto <BR>en La Marina Casa de Campo

El reconocido cantautor Willy Chirino se presentará el próximo viernes 1 de julio en la plaza Portofino de la Marina Casa de Campo, a las 10:00 de la noche, en un concierto para celebrar la Independencia de Estados Unidos. Chirino, uno de los cantantes más sensibles, sencillos y talentosos de la música tropical, entregará al público las canciones de su más reciente producción discográfica «Son del alma», así como sus más sonados éxitos.

El artista que recientemente filmó su nuevo video clip en el país, bajo la producción de Alberto Zayas, manifestó sentirse muy emocionado por regresar a escenarios dominicanos donde siempre se ha sentido como en casa.

«Con República Dominicana siempre he tenido una comunión que va más allá de lo meramente artístico. El público me ha tratado como un hermano más y la calidez con que siempre me acogen me hacen sentir como en casa y eso es importantísimo para un artista», destaca el talentoso cantautor.

Willy promete, además de los temas que componen su nuevo material discográfico, la interpretación de algunas canciones que a lo largo de su trayectoria el público ha convertido en éxitos, como «Soy», «Artista famoso», «Nuestro día ya viene llegando», «María Magdalena», entre otros.

El pionero del «sonido de Miami», ha logrado superar las barreras del tiempo, modas y geografías, manteniendo la vigencia de su estilo propio.

Su aporte al desarrollo de la cultura de su país y Latinoamérica, junto a la lucha continúa en favor de la libertad para su pueblo, lo convierten en uno de los más importantes exponentes de la música popular de estos tiempos.

Chirino ha logrado vivir con la misma pasión que contagia a través de su arte. Su historia personal se parece a la que muchos sueñan, pero que pocos se atreven a vivir.

Sus primeros años

Nació en Consolación del Sur, un pequeño pueblo al oeste de Cuba, en la provincia de Pinar del Río. Los catorce años que vivió en este lugar, rodeado de inocencia y simples tradiciones, fueron determinantes en su formación personal.

«En mi casa abríamos la puerta de par en par a las 7:00 de la mañana y la cerrábamos a las 11:00 de la noche», recuerda. «Todo el mundo pasaba por mi casa: mis amigos, los vecinos, los amigos de mis padres, el lechero, el aguador, todos».

Hijo del fiscal del pueblo y de una farmacéutica que, finalmente, no ejerció su profesión, Willy fue siempre el centro de atención de su vecindario. El carisma y su compasión por los demás lo distinguían entre sus vecinos.

Pasaba sus horas de juego en el río y prefería montar un caballo a una bicicleta, lo que hizo se convirtiera en un experto jinete a los cinco años. Y es que divertirse era algo común en la vida diaria con sus amigos. Junto a ellos, era un como un rito dar vueltas al parque, caminando, conversando de lo simple y lo cotidiano. «Allí no existía el crimen, lo máximo que ocurrió en toda mi niñez fue que alguien entró a la botica del pueblo a robar una medicina. Eso fue suficiente comidilla por casi un año», explica, describiendo la paz con que vivió durante sus primeros años de vida.

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