Se acerca el esperado momento del anuncio sobre la elección de Vladimir Guerrero para su exaltación al Salón de la Fama del Béisbol de Estados Unidos.
La comunidad de Don Gregorio, que vio nacer y crecer a Vladimir y sus hermanos, así como Nizao, el municipio al que pertenece y toda la República Dominicana se encuentran en expectativa.
Y no es para menos, Vladimir sería apenas el tercer dominicano en el Salón de la Fama de Cooperstown, donde se uniría a los ex lanzadares Juan Marichal y Pedro Martínez, y el primer jugador de posición de la República Dominicana en lograrlo.
“Debemos agradecer a Dios por todo lo que ha estado sucediendo con nuestra familia”, expuso Wilton Guerrero, ex pelotero de Grandes Ligas y uno de los hermanos de Vladimir.
Añade que Dios le ha bendecido, al darle el talento para el béisbol, deporte al que deben todo lo que han logrado.
“En mi caso particular, y lo mismo puedo decir de mis hermanos y sobrinos, no tengo un solo peso que no venga del béisbol”, dice.
Resalta que de cinco hermanos, todos (los varones) firmaron para el béisbol profesional.
Explica que ya varios de los sobrinos también firmaron con organizaciones de Grandes Ligas, incluido el prometedor Vladimir Guerrero Jr y que otros de la decendencia Guerrero se encuentran en la ruta.
“Mis hijos también están desarrollando sus talentos en béisbol y forman parte de nuestro programa de la Academia de Béisbol Hermanos Guerrero”, sostiene.
Wilton es un ex segunda base y jardinero que jugó en las Grandes Ligas para los Dodgers de Los Angeles (1996-1998), Expos de Montreal (1998-2000, 2002), Rojos de Cincinnati (2001-2002) y Reales de Kansas City (2004.
Destaca que es un orgullo, no solo para su familia, sino para el país el hecho de que uno de los suyos se encuentre a la puerta de ser electo para su exaltación al Salón de la Fama.
“Vladimir reunió los números y su conducta es incuestionable”, añadió Wilton, quien resaltó la tradición cristiana de su familia. “Dios nos dotó del talento para jugar béisbol, pero tal vez somos débiles para otras facetas”, dijo.
Vivir en Don Gregorio. Wilton sostiene que probablemente parte del éxito de los Guerrero, además del talendo con que los dotó Dios, se debe al hecho de que nunca “abandonaron la comunidad donde nacieron”.
“Vivimos con la tranquilidad de saber que estamos con nuestra gente, aquí nos conocemos todos, sabemos cómo movernos y aquí estaremos hasta que Dios disponga otra cosa”.