Xavier Carbonell Entre lo urbano y la
mujer sofisticada

Xavier Carbonell Entre lo urbano y la <BR>mujer sofisticada

POR CLARA SILVESTRE
Pese a que nació en Olot, un pueblo de España, en donde todavía reside y trabaja, el maestro Xavier Carbonell destaca que sus obras están muy relacionadas con Nueva York, los temas urbanos, la mujer de hoy, elementos que tiene necesariamente que determinar el tiempo en que fue realizada la pintura.

“El mundo de la moda me lo mostró un poco Rosa Serra, mi esposa, quien es escultura, y estoy muy relacionado con ello. Me gusta la estética, las personas elegantes un poco espigadas. Cada artista tiene su tipo de mujer para pintar, yo pinto una mujer más estilizada, sofisticada, con una forma de expresión particular: los ojos rasgados, la boca un poco grande, los pómulos salientes y la nariz recta, lo que puede determinar un parecido entre las diversas mujeres que he pintado”, dijo.

Destacó que las dominicanas se adaptan un poco a su forma de ver la mujer, por los rasgos caribeños y de Centroamérica, que se corresponden con su pintura. Por otro lado, señaló que le gusta exagerar las formas de los pendientes, especialmente en su línea se encuentran esas formas geométricas (ángulos, líneas, curvas y cuadrados).

A consecuencia de su visita a la República Dominicana, ha pensado abordar el tema del paisaje, tomando en cuenta la calidez de la figura y lo exótico, lo que pudiera ser parte de su próxima exposición que presentará en Francia sobre el Art Decó. Así que pudiera aparecer una mujer dominicana con las características del trópico.

En ese sentido destaca que gustan las cosas que tengan calidez, y “esta zona es idónea, esto también me inspira, como me inspira viajar. No sería extraño que volviera pronto ya que hemos hecho muy buenos amigos aquí, lo que hace seguro que me marcharé con un poco de añoranzas, razón para volver. Poder admirar la ciudad es magnífico, por lo que felicito a Santo Domingo por la categoría y el cuidado de la Ciudad Colonial, lo magnífico del Alcázar de Colón que podría decirse es patrimonio de la humanidad”.

Xavier Carbonell es de nacionalidad española, pero su madre era argentina y su abuela también, por lo que en su casa se respiraba ese aire argentino y ese acento que su abuela mantuvo hasta su muerte. Eso hizo que se sintiera un poco dividido; siempre amó a Suramérica.

El hecho de que su padre era escultor, pintor y profesor de Bellas Artes de su lugar de origen, facilitó que encontrara la pintura y los pinceles en su propia casa y comenzará a pintar. Ya a los 15 años, visualizaba la pintura como su carrera.

Hoy, puede decir que cuenta con 50 años de trabajo, porque desde pequeño comenzó a trabajar en arte y nunca ha hecho otra cosa que no sea pintar y dibujar, “recuerdo que cuando niño me regalaron un globo terráqueo, y siempre cuando me iba a la cama, miraba a que país podría ir. Creo que viajar te ayuda a multiplicar tu arte, pues te da nuevos temas, nuevas visiones y espíritu para ver las casas. Viajar te da más amplitud, sobre todo cuando vives en una ciudad pequeña”.

El maestro español Xavier Carbonell está  en el país en su primera visita al Caribe, acompañado de su esposa, la escultora Rosa Serra. Su exposición individual número cien es presentada en el Museo de las Casas Reales, en ocasión de conmemorarse el 30 aniversario del centro cultural.

Sobre esta exposición, inaugurada el pasado miércoles en el Museo de las Casas Reales, apunta: “Es una exposición magnífica, vinieron todos los medios, gente importante y les gustó, estas son cosas que te llenan y te marcan, lo que te compromete con el público, por lo que tienes que intentar ir mejorando aunque hayas pintado mucho, porque creo que nunca se aprende bastante en el tema del arte y de la vida, siempre hay que aprender algo”.

Confiesa que tenía mucha ilusión por visitar la República Dominicana, porque sabía que la gente era muy acogedora, y el hecho de exponer aquí es una oportunidad de conocer el país. Destacó que cuando conoció a Abil Peralta Agüero, con quien ha mantenido una relación de amistad durante 15 años, le propuso exponer en el Museo de las Casas Reales y coincidiendo con el 30 aniversario de esa institución, enseguida tuvo gran ilusión, por el hecho de exponer y visitar el país.

Dos vidas entrelazadas

Rosa Serra recuerda que ya hace 36 años que se conocieron. Fue a la academia del padre de Xavier a aprender a pintar, y allí lo conoció; comenzaron una bonita relación y hasta la fecha todavía están juntos.

Salta a la vista que para ambos ha sido bastante interesante: aman lo mismo, van en el mismo camino, tanto en sus vidas personales como en las profesionales, lo que ha hecho que cada vez se compenetren más, hasta como han manifestado, uno convertirse en el complemento del otro.

Ella, que también es española, no vino en calidad de escultora, sino a acompañar a su esposo y visitar el país. Xavier afirma: “Siempre estamos hablando de lo mismo, comentamos muchas cosas y compartimos mucho, existe mucha unidad en todo –el arte es lo que nos ha unido y desde entonces estamos juntos. En el aspecto artístico, a parte del personal, uno no va solo, cuando presento una obra quiere decir que ella la ha visto y como tiene una visión de artista puede hablar con propiedad, esto significa que cuentas con un apoyo de una parte interesada”.

Por otro lado, Rosa manifiesta: “Él también me ayuda mucho, quizás más, porque su padre era escultor, y él, aunque es más pintor, ha trabajado la escultura, la cerámica, el grabado y el dibujo, y eso me da gran seguridad, porque creo que a veces todos hemos necesitado que alguien nos indique donde está la falla que en cierto momento no podemos identificar, y en ese caso, yo tengo un maestro”.

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