Xavier Ortiz es uno de los jóvenes talentos con que cuenta el teatro musical dominicano, y el arte en sentido general.
Como actor, Xavier no tiene limitaciones; siempre está dispuesto a someterse a las exigencias que tenga su papel. “Es una virtud que tengo. Como no vivo del teatro, puedo hacer dos o tres obras al año y someterme a los cambios drásticos que requiera el personaje. Prácticamente tengo un año entero o seis meses para engordar, rebajar, dejarme el cabello largo o la barba”, indica el actor, quien además es el dueño de XMT Academy en donde imparte diversas artes, y funciona una sala de cine experimental.
El joven asegura que llegó al arte por la música, un talento que heredó de su bisabuelo, ya que fue director de la orquesta de Trujillo. Y aunque su padre, Javier Ortiz, no estaba muy de acuerdo con que se dedicara a este oficio, cambió de opinión cuando lo vio en un concierto. “Toda la gente empezó a hacer comentarios, y papi vio que a mí me gustaba. Él se sintió orgulloso y decidió apoyarme”.
Xavier lamenta que en el país todavía no se viva del arte. Esto, según dijo, no es por falta de calidad, sino porque no hay tantos lugares en donde se puedan presentar las producciones.
“Por eso yo aspiro a construir un teatro en el centro de la ciudad. Hace mucha falta uno, porque casi siempre el Teatro Nacional y Bellas Artes tienen sus fechas llenas. Además esto garantizaría que una obra permanezca más tiempo en escena”, asegura el joven.
Sabe que tener una sala que acoja entre 300 y 500 personas es muy costoso, pero su meta es ayudar a que el arte siga creciendo.
Reto. En la obra “Las preciosas ridículas”, Xavier encarna a Molière, el autor de la pieza, y a “Mascarille”.
“Para mí ha sido un poco difícil dar vida a este personaje, porque mientras estudiaba su historia me di cuenta de que es una de las personas más complicadas, es un ser extraño, bipolar. Él era un actor de protesta y como tal hizo un trabajo serio burlándose de la realeza y de lo que estaba pasando. Fue muy difícil personificarlo”, explica sobre su rol en esta obra que fue estrenada el viernes pasado en la sala Ravelo del Teatro Nacional.
Dijo que el marqués de Mascarille es un personaje pedante, pero que ha sido más sencillo.
“Como él está tratando de imitar a un burgués, a mí se me ha hecho más sencillo, porque tengo más rejuego y puedo hacer cosas cómicas de este tiempo para hacer reír a la gente”.
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Algo más
La música
Xavier Ortiz es conocido por su trabajo musical, el cual ha podido exhibir en obras teatrales, en musicales y en cine. Ha mostrado su talento en los musicales “Piratas y sirenas” y “Willie” y en la obra “El cruce sobre el Niágara”. “Yo estudié Teatro Musical en México. Aunque mi fuerte es la la música, de vez en cuando actuó en las obras, ya sea de protagonista, antagonista o en un rol secundario”.