Xiomara Castro Tiene una complicada agenda política, económica y social, a cuya solución no contribuye la fragilidad legislativa
Tras una investidura llena de expectativas y la presencia de destacadas personalidades extranjeras, Xiomara Castro inició ayer, viernes, la Presidencia de Honduras con una complicada agenda política, económica y social, a cuya solución no contribuye la fragilidad legislativa provocada por la rebelión de casi una veintena de parlamentarios.
En lo social, empleados públicos de la salud “saludaron” este viernes a la nueva presidenta paralizando la jornada de vacunación contra la covid-19 a nivel nacional, reclamando, desde el gobierno pasado que presidió Juan Orlando Hernández, que se les contrate de forma permanente, como les prometieron, y otros derechos sociales.
“Hemos suspendido la vacunación porque no nos han cumplido el ofrecimiento de un nombramiento, ni nos quieren reconocer nuestros derechos”, dijo a Efe una enfermera de un centro de salud a 600 metros de la Casa Presidencial en Tegucigalpa.
Agregó que “el paro es en todos los puestos de vacunación a nivel nacional” y que esperan que “el nuevo gobierno nos resuelva pronto, aunque venga comenzando». “También está paralizada la vacunación pediátrica”, de niños en edad de cinco a once años, que recién comenzó, señaló la misma fuente.
El nuevo ministro de Salud, José Manuel Matheu, le hizo un llamamiento a los empleados que paralizaron sus labores a que regresen a sus puestos y que con él no conseguirán nada con protestas, además de invitarles a un diálogo porque “hablando se entiende la gente».