Xiomara Travel

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CHIQUI VICIOSO
Leí con pena la noticia sobre el asesinato de Gloria Patricia Cruz, propietaria de la agencia de viajes Xiomara Travels, su hija Yomaira Arredondo Cruz y su esposo Roberto Javier Martínez, ambos de 21 y 22 años. La leí con pena porque creo que si aquí se hubiera actuado con prontitud frente a las denuncias de que la agencia de viajes Xiomara Travels podía estar involucrada en el tráfico de mujeres, posiblemente la propietaria y su esposo, un ex capitán retirado de la policía, estuvieran en manos de la justicia, o presos, pero ni su hija ni su yerno, o ella, hubieran sido asesinados.

Leí posteriormente una denuncia de los familiares del asesino Gabino Germán Cuevas, de que un familiar de la señora, que supuestamente es un militar “de la avanzada del Presidente Leonel Fernández”, está persiguiéndolos, aunque ellos nada tienen que ver con este crimen múltiple que tuvo como origen el engaño de la esposa de Gabino por la agencia, la cual “la dejó abandonada en Venezuela cuando se le había dicho que su destino final era España”.

Esta noticia preocupa porque es seguro que el Presidente desconoce esta situación y además rechazaría tener como escolta a alguien que se comporte de esa manera, problema que tienen todas las figuras públicas con escoltas (véase el caso de Vicioso Valentín, si es cierto que su superior inmediato no estaba involucrado en el asesinato del cual se le acusa por ordenes del Fray Emeregildo Díaz).

En Cancillería, y en la sección que coordinamos, recibimos constantemente denuncias sobre agencias de viaje involucradas en asuntos de tráfico de mujeres. En nuestros archivos de mujeres traficadas hacia la Argentina tenemos varios expedientes sobre una agencia llamada “Miriam Tours”, denunciada por varias víctimas, una de las cuales se remonta al 20 de septiembre del 2001, cuando nuestra ministro consejero encargada de Asuntos Consulares en la Argentina, denunció el caso de una compatriota (cuyo nombre me reservo para evitar represalias), advirtiendo: “Hay un punto de coincidencia que estoy advirtiendo y es que la agencia de venta de pasajes “Miriam Tours” aparece y reaparece en todos los casos de denuncia por parte de las víctimas”. Esta denuncia, por cierto, se tramitó a la policía.

¿Por qué menciono la denuncia sobre “Miriam Tours”? Porque son muchas las agencias de viaje que están involucradas en este negocio, y lamentablemente muchas las que tienen ligazón, como los prostíbulos, con sectores militares. Un caso a tomar en cuenta es una famosa residencia cercana a la UASD, denunciada y réquete denunciada por los vecinos, donde se transporta a las jóvenes en taxi, generalmente estudiantes, a prostituirse. Tanto en ese barrio, como en Boca Chica, Juan Dolio, y otros sitios turísticos del, país, se escuchan las denuncias del involucramiento de sectores militares y policiales (en este caso de un supuesto general) en el comercio de seres humanos.

Y lo que más lamento, y en este caso hablo como mujer, es el involucramiento de mujeres en esta práctica. Yo no sé como una puede querer lo mejor para una hija, por ejemplo, y estar traficando con muchachas de su misma edad. Yo no sé como hombres adultos “compran” a niñas de ocho, nueve, diez, once, doce y trece años (como el caso de un supuesto”guachimán” de un senador que literalmente compró una niña de siete años, con la que convive, por una compra de $150.00 semanales a la mamá, que se la vendió, y que para zafarse de la investigación que coordináramos con el entonces Organismo Rector de la Niñez, dijo que el hombre en cuestión con quien convivía era con ella. Ese hombre, un cincuentón, tiene a su vez varias nietas y no se le ocurre pensar que su pequeña víctima tiene el mismo derecho a la niñez que las de su familia.

El tráfico de personas en nuestro país no es sólo de mujeres, es también de niños y niñas. Se están haciendo esfuerzos sobrehumanos (y, en este sentido, merece un especial reconocimiento la labor tanto del actual procurador, como de su asistente el señor Frank Soto) para detenerlo, pero nada cambiará sino hay un proceso de concienciación que le devuelva la humanidad a hombres y mujeres a quienes la miseria bestializa y quienes a su vez tienden a bestializar a los y las mas débiles, incluyendo mujeres, y niños y niñas. Recuérdese que en la encuesta del UNICEF sobre la explotación sexual comercial de la niñez dominicanas el 67% de los perpetradores eran hombres dominicanos.

Lamentamos, como dijimos al inicio de este artículo, que estos círculos (que en estos casos sí son viciosos) terminen con la muerte de los y las agentes de viaje que facilitan, o han podido facilitar, el tráfico de personas a un viaje generalmente sin retorno: hacia ese infierno globalizado de la trata de personas, donde ocupamos un terrible cuarto lugar en el mundo y de donde se escapan muy pocas víctimas.

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